Feria de Málaga

Lavado corta una oreja en la primera tarde del abono de la feria taurina de Málaga

Lo que parecía que iba a ser una tarde densa, finalmente tuvo momentos de color. La primera cita del abono malagueño trajo momentos aburridos pero Lavado y Pablo Páez pusieron la nota de alegría. En un cartel de muy marcado sabor malagueño, abría Lavado, que recibió por verónicas a su primero. El novillo de Reservatauro ya se mostraba reservón. Lo que se adivinaba se confirmó cuando en el caballo, se vino abajo y la labor de Lavado se convirtió más en una lucha que una lidia.

No anduvo mal en el recibo el de Benamocarra. Ya en la faena de muleta, fue un continuo diálogo entre querer y poder. Lavado quería pero era necesario pisarle unos terrenos al novillo que no siempre pisó. Brindó la muerte de la res a su apoderado, José Germán. Comenzó por estatuarios y lo fue llevando a los medios para alejarlo de las tablas. Así, fue ganando confianza sobre si mismo. Lo probó por ambos pitones y lo fue llevando a media altura para favorecer alguna conexión, ya que el novillo no estaba por ayudar.

Con una pequeña herida en la cara interior del muslo derecho, continuó Lavado arrancando pases a fuerza de pundonor y valor que se granjeó el favor del público. La embestida no permitía una ligazón en la faena. A pesar de esto pudo sacarle alguna tanda corta.

Culminó la faena con una estocada algo contraria y un descabello tras aviso. Hubo petición y bronca al palco. Su actuación se saldó con una vuelta al ruedo tras ovación de un público muy cariñoso con su paisano.

En el cuarto de la tarde, recibió Lavado junto a las tablas para intentar templar a un burraco que no solo se caía sino que hizo por él propinándole una voltereta de la cual escapó, afortunadamente, sin consecuencias. Cabe recordar que Lavado venía a Málaga con una reciente cornada de dos trayectorias sufrida en Beaucaire, Francia.

Lavado, en su más que posible última actuación como novillero en el coso malagueño, brindó la muerte de su segundo al público. Con algo de más movilidad que sus hermanos, 'Extremeño' permitió un poco de lucimiento. Tiró de coraje el novillero y pudo sacar alguna serie sin mucha profundidad pero que el público agradeció dado lo poco que estaba ofreciendo la tarde.

Hubo momentos de cierto peligro porque el toro lo miró como para hacer por él pero todo quedó en la intención. Estocada algo contraria con la que el novillo cayó pronto. Oreja y fuerte petición de la segunda que, con buen criterio, no fue concedida.

Salió Pablo Páez con mucha disposición a la verónica. pero el novillo cabeceó creando peligro. Tenía fijeza el segundo de la tarde, el cual fue llevado al caballo por verónicas. Era falto de acometividad y además perdió las manos varias veces en los primeros compases de su presencia en el ruedo.

Brindó el de Ronda al respetable y el novillo seguía cayéndose y manseaba por momentos. Por naturales pero sin cruzarse mucho intentó Páez enmendar una actuación que no empezó mal y pero tampoco acabó bien porque, aunque se vio la voluntad del joven frente a las nulas posibilidades del astado, el fallo a espadas deslució todo lo conseguido. Cuatro pinchazos y un descabello para recibir palmas.

En el quinto de la tarde, salió con peligro ya que derribó al picador y en la salida del caballo acometió Lavado. Eso sí en el tercio de banderillas tuvieron que desmonterarse Cándido Ruiz y Raúl Cervantes tras una muy buena actuación. Pero todo fue a más. A los sones de Ragón Falez fue cuajando una faena que, aunque con abuso del perfil, permitió lucirse al chaval, que se llevó al mejor novillo de la tarde. No fue ninguna locura pero mucho más destacado que el resto de la corrida. Un pinchazo y ocho descabellos emborronaron lo que pudo haber sido más. 

Por su parte, Jesús Romero, que fuera triunfador del Certamen Internacional de Novilladas 2019 hacia desmontarado el paseíllo tras ser su primera actuación en Málaga como novillero con caballos. No tuvo suerte con el primero de su lote, muy pitado desde lo tendidos dados los problemas físicos que presentaba en las manos.

A pesar de la lesión, el novillo no rehusaba la muleta pero sin demasiada entrega con lo cual las tandas se sucedían sin transmisión ninguna. Sin razón alguna empezó a sonar la música con el total desapruebo del publico lo que se cortó a los pocos segundos. Normal. No tenía sentido que fuera de otra manera. El de Guadalajara abrevió con una estocada caída pero efectiva. No es lo que se prefiere, pero al menos aligeraba la tarde. Silencio para el Villanueva de la Torre. 

Silenciada fue también su actuación ante el que cerraba plaza. Poco placeado en el escalafón con caballos, pagó tener delante un mal lote. Pinchazo y estocada caída tras aviso fue su cierre

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