Vivía la plaza de toros de La Malagueta su última corrida de abono. Dicen que la cuestión no es como empiezan las cosas sino como acaban y qué manera de acabar. Qué tarde de toreo. Sobre todo gracias a la estratosférica tarde de Roca Rey. Monumental. Soberbio. Cumbre. 

Roca Rey se mostró inédito en el capote. Se arrancó el segundo del día de lejos hacia el caballo. Brindó al público y en el tercio lo citó con una quietud y una firmeza que los olés no tardaron en llegar. Se lo llevó a los medios y querido lector, Roca vio toro y el público vio faena.

Desplegó su gran capacidad y por naturales lo fue llevando con la mano baja. El público ardía. Qué valor y qué torería. Qué barbaridad la que lio el peruano. El epílogo por manoletinas fue directamente el disloque del personal. Y es que dicen que cuando el día está de leche hasta los machos se ordeñan y la mala racha que levaba con la espada la rompió aquí. Estoconazo. Dos orejas

Recibió el peruano al quinto de la tarde por verónicas de muy bella rúbrica para ir llevándose a los medios donde remató con una rebolera. El toro iba a todo y el torero iba a por todas. . 

Brindó al público antes de citarlo para llevárselo a los medios de rodillas. Aquello era un locura constante. Qué aplomo, qué valor y qué inteligencia. Qué manera de torear. Y para colmo sonaba 'La Concha Flamenca'. Es que una barbaridad. Torería a raudales. Y como el toro seguía embistiendo, pues Roca seguía embelesando porque ya decíamos antes que era un fenómeno. Qué manera de formar un lío. 

Ay, la espada. La dichosa espada. Entró la espada caída y sonó un aviso. Eso hizo que se esfumara la segunda oreja. Se pidió con insistencia pero el palco hizo muy bien al no concederla, no sin su bronca. 

Aún así, menuda tarde brindó don Andrés Roca Rey en La Malagueta. Qué faenón. Qué buen sabor de boca. Qué alegría por la plaza, el público y la fiesta. 

Por su parte, el primero de la tarde y de Cayetano tardó en salir. Era un bicharraco de Daniel Ruiz de casi seis años que no se empleó mucho en el capote. Ya en la faena, después de que el matador brindara al público, comenzó con una buena tanda pases rodilla genuflexionada muy bella.

Cayetano lidia al primero de la tarde.

Las series seguían llegando con mucha estética sin sometimiento, buscando el entendimiento con el toro y sobre todo su colaboración . Sonaba Nerva. Abusó del toreo para fuera a medida que el toro se iba apagando. Cambió de pitón pero poco pudo conseguir y para colmo el viento apareció.

En las últimas tandas cuando se cruzó y se lo enroscó ganó en profundidad la tanda del menos de los River Ordóñez. Aunque la faena tampoco fue de ley tenía la oreja medio ganada pero pincho cuatro veces. Descabello tras Aviso

A su segundo, que entraba con mucha clase al capote lo recibió por verónicas en el tercio de bonita factura. Brindó la muerte del toro a Antonio Hidalgo, aficionado malagueño y "ordoñista por la gracia de Dios", como él mismo se define. Además, es también el encargado de cada año organizar la ofrenda floral al maestro rondeño.

El sevillano Pablo Aguado, ante el primero de la tarde.

Comenzó la faena sentado en el estribo y continuó de rodillas. Le tragó y cuajó una tanda muy aplaudida. Prosiguió por naturales ante un toro que mostraba mimbres para tejer un gran triunfo. Lo fue llevando con mucha suavidad y Cayetano se mostró con más 'verdad' que en su primero. 

Sonaba 'En Er mundo' y mientras tanto el diestro madrileño se ganaba los favores del público con un toro que también estaba a su favor. El toro se apagó pero aún pudo sacarle un par de series para dejar a los tendidos con buen sabor de boca. Estocada algo caída pero muy efectiva.  Oreja con fuerte petición de segunda, que con buen criterio el palco no concedió pero la bronca se la llevó. 

El tercero de tarde creaba mucho peligro en el capote de Aguado levantando la cabeza con lo cual no pudo lucirse mucho con la capa. Tuvo que desmonterarse Iván García tras parear al primero del lote del sevillano. Con la primera tanda se quería adivinar que se iban a ver grandes cosas el problema es que el viento deslucía muchísimo y también es cierto que el toro tampoco era como el anterior y por mucho que Aguado lo intentó no hubo chicha. Se le aplaudió la voluntad al hispalense que fue silenciado tras caer el toro. Pinchazo y media caída y trasera y descabello. 

Manzanares recogió el Capote de Paseo 2019.

Bonito sello el que le imprimió Aguado a las verónicas con las que recibió al sexto y último de la tarde y de la feria de abono. En las primeras tandas dio buenos pases, que fueron a más a medida que se iba haciendo con el toro, lo que ocurre es que el toro no dio mucho de sí. Perdía las manos y se vino abajo. Pinchazo y estocada casi entera con dos descabellos tras aviso. Palmas