Feria de Málaga

El alma de Tabletom regresa a la fiesta

Se hizo de rogar, y mucho, pero los asistentes aguantaron estoicamente la hora y media de retraso con la que empezó el merecido homenaje a Tabletom, y a su líder, Roberto González, fallecido hace dos meses. La Caseta de la Juventud de la Feria estaba llena hasta la bandera, como todas las veces en las que Rockberto, como era conocido el líder de la banda, se subió a aquel mismo escenario. Él arriba, y Málaga abajo.

Rockberto adoraba aquella caseta, que además desde el inicio de estas fiestas está ubicada en la calle que lleva el nombre del grupo, aquella por la que él tantas veces pasó. Allí toco por primera vez Tabletom en 1980, y también en ella recibió un reconocimiento por sus 30 años en el panorama musical. Por eso, los seguidores reconocían que no podía haber mejor lugar para recordarle.

El grupo Buena Sombra fue el primero salir en escena, y las primeras palabras de la vocalista fueron para Rockberto: "Todos sabemos de la grandeza de Tabletom, de lo más especial que tenía el rock". El concierto había comenzado, y los seguidores aplaudían, mientras sonaban los acordes de El ruiseñor de Málaga.

Tras ellos, le llegó el turno a Jarrillo de Lata, que aseguró: "Le debemos mucho". El público cantaba, bailaba y tocaba las palmas, mientras la banda tocaba algunas de las canciones de su primer disco, como Despiértate.

Como no podía ser de otra manera, los Ramírez Brothers, antiguo Tabletom, no faltaron a la cita. Arrancaron con Blues para Rockberto, y siguieron con los temas más míticos de la banda. "Esto va a ser difícil, acostumbrado a que sea Roberto el que hable", confesó Perico, el guitarrista, la primera vez que se dirigió al público. Fue la guinda a una noche especial, en la que el alma de Tabletom regresó para unirse una vez más a la fiesta.

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