Fiesta, mucha fiesta. Es tiempo de Feria y los comerciantes, y especialmente los restauradores, esperan salvar la temporada y, nunca mejor dicho, hacer el agosto. La Feria de Málaga se basa en la tradición: verdiales, trajes de flamenca y el pescaíto que no falte.

Esto mismo parecen haber pensado los responsables del céntrico restaurante Alumbre (C/ Strachan, 11) cuando ayer se decidieron a celebrar el preludio de la Feria con una degustación del tradicional pescaíto de Málaga, pero ofreciéndolo en los clásicos cartuchos, formato que el restaurante ofertará durante toda la semana que dure la Feria. Y es que, como afirman desde Alumbre, recuperando el cartucho pretenden "seguir ahondado en nuestras raíces y llevar nuestras viejas y nuevas costumbres a la mesa con productos de primera calidad".

Asimismo, durante la jornada de ayer, todos los que se acercaron a disfrutar de esta "forma tan nuestra" de comer el pescaíto frito, pudieron conocer de manos del crítico gastronómico Fernando Rueda, el origen y uso de los cartuchos de pescado en Málaga. Origen que se remonta a finales de los años setenta.

Así lo cuenta el propio Rueda en su libro La cocina malagueña, al comentar que era habitual encontrar en las calles más céntricas de la ciudad unos establecimientos, llamados freidurías, que no tenían nada que ver con un restaurante; dado que su única especialidad era el pescado, especialmente el pescaíto frito como se disfruta a día de hoy en toda la costa malagueña y que, por otra parte, conforma un emblema gastronómico de la provincia.

Del mismo modo, este libro relata cómo la gente entraba, elegía el tipo de pescado que deseaba o bien un revuelto de los ejemplares más característicos del litoral malacitano: salmonetes, boquerones, calamares o cazón en adobo; todos ellos, parte de la clásica fritura malagueña. Todas estas freidurías de la Málaga de los setenta, gozaban de bastante fama y servían la fritura elegida en el formato que ahora Alumbre recupera: el cartucho.

Queda por delante una semana de Feria para disfrutar del cante, del baile y de las tradiciones de estas fiestas de agosto. Mucho lo harán al grito de "camarero, otro cartucho de pescaíto".