Feria de Málaga

Los niños viajan al medievo

  • En la calle Alcazabilla se inauguró ayer la Feria Mágica Medieval para que los menores bailen, canten y dibujen en su particular fiesta

Este año la calle Alcazabilla ha cambiado los botellones por una Feria Mágica que traslada a los más pequeños hasta la Edad Media. Varias casetas repartidas a lo largo de la vía se convierten en las diferentes paradas que los niños deben hacer si quieren completar su bono mágico.

La primera estación de este viaje se sitúa en la parte más baja de la calle Alcazabilla. Allí, una caseta de información da la bienvenida y los enseres necesarios a los chicos que quieran participar. Así, el pequeño feriante adquiere un bono donde aparecen todas las actividades en las que puede participar y papeles y ceras para dibujar. En la siguiente parada es imprescindible menear los cuerpecillos al ritmo de la música. Una veintena de niños se disponen a seguir los pasos que indican tres bailarinas adornadas con velos. “Manos arriba, pies de pingüino, culo pa fuera, lengua torcida...y media vuelta.”

Todas estas indicaciones se mezclan poco a poco con las carcajadas de los padres al ver a los chicos perder la vergüenza.

Y son ellos, los padres, quienes animan a sus hijos a sentarse junto a los demás niños a ver como dos alquimistas, ataviados con sendas túnicas, hacen varios experimentos. Tres menores salen del público para convertirse en protagonistas de una de las pruebas. Cada uno con una taza llena de agua sobre la cabeza espera a que los demás griten “¡ancagua ancagua que desaparezca el agua!”. Un cambio de última hora, uno de los alquimistas decide gritar otra frase, hace que el líquido empape a los participantes. Los fallos, en lugar de decepcionar, se convierten en aplausos y risas. Remojarse un poco con estas temperaturas es una bendición que se agradece.

Siguiendo la ruta, los visitantes se encuentran con varios romanos protegidos por sus escudos y con unas estatuas gigantes que portan vestidos de la época. Padres y niños posan junto a estos personajes para inmortalizar su viaje a la Edad Media. Asimismo, entre las casetas hay unos carteles donde los pequeños pueden incrustar su cara y así parecer ataviados con ropas de la época.

Un mural con dibujos decora otra de las paradas. Allí, los niños se sientan en el suelo para pintar con ceras de colores princesas, dragones, soldados o cualquier personaje que ellos relacionen con esta Feria Medieval. Tras dejar patente su arte sobre el papel, los niños pueden sentarse a ver un teatro de marionetas, participar en un espectáculo de magia y trasladarse a la época escuchando cuentos de la mano de un trovador o montándose a lomos de un caballo de mentirijilla.

En fin, diversión para los más pequeños que disfrutan de la Feria participando en estas actividades que se celebrarán hasta el sábado 18 de agosto de 12:00 a 15:30. Una recomendación: vayan con ropa fresca porque el calor aprieta a esas horas.

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