Feria de Málaga

Un oasis artificial para el toro bravo

  • La Malagueta cuenta con un microclima y toldos en los corrales y chiqueros para refrescar a las reses antes de la corrida

Antes de que llegue el momento en el que el toro bravo salta al ruedo para comenzar la lidia, el animal ha ido dejando un largo recorrido hasta llegar a la plaza de toros. De su apacible vida en el campo bravo, en la dehesa, sube al camión donde es transportado hasta la plaza en cuestión. Para favorecer el descanso del toro antes de pisar el albero, la plaza de toros de La Malagueta ha instalado un nuevo sistema en los corrales. Se trata en un entramado de microclimas. La estructura consiste en una serie de conductos de los cuales aparecen unos pequeños aspersores que, con cierta frecuencia, pulverizan agua. A través de un requerimiento de la Delegación de la Junta de Andalucía y del equipo gubernativo de la plaza y con la financiación de la Diputación Provincial, se ha hecho posible este pequeño oasis en el terreno del toro bravo.

Ana María Romero es presidenta de la plaza de toros de La Malagueta y explica que gracias a este sistema "la temperatura se reduce al menos 6 ó 7 grados, a lo que hay que añadir que la sensación térmica disminuye gracias a la sombra que proyectan los toldos".

También se han instalado toldos para que se cree sombra en los corrales. A excepción del corral donde se lleva a cabo el reconocimiento de los toros, para que la visibilidad sea total. En los chiqueros también se ha procedido a su colocación porque, aunque allí no da el sol, el espacio es más reducido y la temperatura aumenta bastante.

Según explica Romero, el calor "influye en los animales lo mismo que en las personas". "Con este sistema lo que se pretende es mejorar la estancia del toro y evitar que el animal se canse debido a las temperaturas o que le dé un golpe de calor y que pueda morir", añade. Además, apunta que "el calor no influye en la embestida porque cuando un toro tiene raza y casta, se olvida del calor".

Pero la plaza de toros de La Malagueta contará este año con una pequeña reforma. El reglamento taurino recoge una modificación en la que se contempla que la barrera tiene que medir 1,60 metros. En el caso del ruedo malagueño, la altura que se alcanza es de 140 centímetros. Para solucionar el problema se planteaban dos soluciones; rebajar la altura del ruedo o elevar la altura de la barrera. Pero esta ultima opción acarreaba problemas sobre todo de dimensión estética. La barreras de la plaza de toros están delimitadas por unas pilastras de piedra que no se podrían modificar ya, y aquí viene el segundo problema, el coso de La Malagueta es un edificio declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por lo que sus elementos no se pueden alterar.

Sopesando todo esto se optó por rebajar el ruedo. Según explica Ana María Romero, "rebajar el ruedo 20 centímetros era muy complicado, pero en algunas zonas se ha conseguido incluso disminuirlo en 15 centímetros". Romero adelanta que al término de la Feria de agosto se acometerán las obras necesarias para encontrar la solución definitiva.

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