"Mucho peor que el año pasado con diferencia". Así explicaba su ritmo de ventas Teresa Cantero, dueña de uno de los tradicionales puestos de chucherías que en estos días se sitúan en los laterales de calle Larios. Esas son sus palabras, pero bien se pueden extrapolar a la boca de cualquiera de los cinco puestos que se sitúan a lo largo de la calle principal de Málaga. Teresa vende sobre todo buñuelos y algodones de azúcar, pero donde ha visto drásticamente rebajado su volumen de venta ha sido en los juguetes "porque ahora los padres lo ven expuesto y dicen de comprárselo al niño en los chinos",a firma.

Su hermana Francisca regenta otro puesto casi a la entrada de calle Larios. Ella admite que la crisis les está afectando bastante. "Antes la gente venía y compraba. Ahora los padres te preguntan cuanto valen las cosas y muchos se lo piensan" afirmaba la dueña del puesto . Leticia Miranda sitúa su puesto a mediados de la céntrica vía. Ella aprecia que el tráfico de personas es mucho menor que el año pasado y con esa circunstancia, las ventas van a peor. Los productos más destacados de su tienda son las guitarras de colores y los tambores, instrumento que tanto atraen a los niños.

Cerca de la plaza de la Constitución se sitúa el puesto de patatas y frutos secos de Isabel de la Torre. Ella dice que sus ventas han bajado a la mitad, y que ni aún rebajando los precios ha podido remontar. "El paquete de patatas que valía un euro y medio este año vale a uno, y con el agua pasa igual. Pero ni por esas" admitía la tendera de la tienda, que no espera que en los próximos días el ritmo de ventas cambie.