Llegando el mes de agosto, Málaga se prepara para su gran semana. Farolillos, casetas, los alumbrados y un sinfín de elementos que los malagueños y los turistas necesitan para estos días. Este año la Feria de Málaga se celebra del 12 al 19 de agosto y es más que probable que esté acompañada por un gran calor, por eso entre bailes y bailes habrá que refrescarse, pero eso sí no lo van a hacer con agua. Entonces, ¿qué se bebe en la feria en Málaga? Tan solo hay que darse una vuelta por las principales calles para saber cual es la bebida que resalta sobre otra en esta fiesta: El Cartojal.

Una de las bebidas más consumidas durante esta semana es El Cartojal, siendo más protagonista incluso que las cosas típicas como bailar y cantar hasta no poder más. Se encuentra en todos lados a cada esquina por la que pase incluso forma parte de la imagen de entrada a la Feria del Centro, con los ya famosos barriles de color rosa con lunares blancos, que identifican a la marca y que acaparan tantos selfies como la mismísima calle Larios. También se encuentra en todos los bares,puestos y casetas tanto del Centro como del Real. Y, por si fuera poco, es protagonista de muchas camisetas pasando a ser el uniforme de algunos trabajadores de esta semana.

La provincia de Málaga es conocida por la gran calidad que se destila en sus vinos dulces, siendo la Feria un lugar ideal para paladear tal manjar. El Cartojal es una de las modalidades más consumidas, sobre todo en Feria, proveniente de la prestigiosa bodega Málaga Virgen. 

Este vino dulce se elabora con la variedad Moscatel de Alejandría, cultivada en la Axarquía. Su color es dorado pálido con reflejos verdosos, limpio y muy vivo. Su aroma es complejo e intenso, a la vez que agradable con notas frutales, a miel y  cítricos.

Tiene una gran variedad de matices al paladar, y en general es un vino dulce muy equilibrado, quizás a esto se deba su popularidad .Empezó a producirse en la década de los ochenta con la idea de ser exportado a Reino Unido. La producción se debió al encargo de una compañía extranjera, ya que sus clientes demandaban un vino blanco y dulce.

Su popularidad en la Feria de Málaga proviene de la misma década en la que se empezó a producir cuando empezaron a introducir degustaciones desde carrozas junto a otras bodegas, lo que hizo que este vino dulce llegara para quedarse y ya lleve 38 años siendo protagonista de esta fiesta renovando año tras año.