'Canallas', la 'Brigada B' por Orcasitas

Críticas Largometrajes Sección Oficial

Joaquín, Guzmán y Tosar en un fotograma de 'Canallas'.
Joaquín, Guzmán y Tosar en un fotograma de 'Canallas'.
Pablo A. Valdivia

Málaga, 20 de marzo 2022 - 12:19

'Canallas'

* de 5

España, 2022

Dirección: Daniel Guzmán

Reparto: Joaquín González, Luis Tosar, Daniel Guzmán, Esther Álvarez, Brenda González, Chema González, Víctor Ruiz, Julián Villagrán, Luis Zahera, Antonio Durán “Morris”, Miguel Herrán.

Para empezar quizá deba subrayar que servidor no entendió el éxito que siguió al debut cinematográfico de Daniel Guzmán, A cambio de nada, ganador en Málaga (y de varios Goya) allá por 2015. Y pese a no haberla revisitado en este tiempo, debo igualmente anotar que ahora la recuerdo como netamente superior a Canallas, la cinta presentada ayer, y con la que guarda algún parentesco.

En esta ocasión, Joaquín (Joaquín González), Brujo (el propio Guzmán) y Luismi (Luis Tosar), tres amigos del barrio, vuelven a encontrarse después de veinte años; y sobre ellos y sus peripecias hace recaer todo el peso de la historia, un guión bastante más disparatado e inclasificable que aquel.

Pero la cinta cuenta varios problemas de los que resulta difícil inhibirse. El principal, que la química del trío protagonista es excesivamente irregular como para soportar todo el metraje de la comedia. A sus espaldas, los momentos hilarantes se alternan con secuencias largas y e

xasperantes de discusiones a grito pelado, tirando de un registro lingüístico más cercano a Torrente que a Barrio. Y esto diluye cualquier posibilidad (remota) de haber conducido la cinta hacia una suerte de Nueve Reinas reubicado en Orcasitas.

Y es que si el artefacto de Bielinsky resultaba un engranaje casi perfecto, en Canallas la estructura se deshilacha por todas partes. También por la elección protagónica (González), quizá la más incomprensible de todas.

Con estos mimbres, incluso el noble arte del disparate (y ya puestos, del surrealismo) queda diluido en secuencias sin entidad suficiente -más allá de algún chiste resultón-, y cuya verosimilitud dentro de sus propias normas queda comprometida con frecuencia.

En el tercio final, los planes de estos canallas se desnortan hasta el punto de dejar atrás aquella fracasada y pintoresca Brigada B a la que recurrían Los simuladores cuando contaban exceso de trabajo, para acercarse de manera más natural a las maquinaciones de Diego, Fiti y Santi en Los Serrano.

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