Crítica 'El culo del mundo'

Ídolos de papel

El culo del mundo. Málaga Premiere. Documental, España, 2013. Dirección: Andreu Buenafuente. Guión: Andreu Buenafuente, Eva Merseguer. Reparto: Andreu Buenafuente, Gran Wyoming, Santiago Segura, Carlos Areces, Jordi Évole, Carles Francino, José Corbacho, Silvia Abril, Concha Velasco, Gomaespuma, Carles Sans .

En EEUU existe una élite de late nights, esos shows donde el humor se evade de la censura a horas intempestivas, capitaneada en longevidad por el asiduo David Letterman, y en calidad por el enorme Conan O'Brien. O'Brien, al igual que Andreu Buenafuente en este documental, sufrió una crisis profesional cuando tras casi quince años en antena, le cancelaron el programa. De esta forma, se le daba carpetazo a uno de los shows que más enfatizaban la infantilidad del humor, lo adorable que resultaba ver a un hombre pasándolo bien haciendo reír a la gente. Tras ello, decidió rodar el hilarante documental Conan O'Brien Can't Stop, que disemina desde una perspectiva cómica la tragedia que le supuso al popular presentador quedarse sin su programa durante dos años. Curiosamente, Buenafuente toma la misma premisa pero la pervierte en su favor. Dramatiza eficazamente su crisis existencial, profesional y personal, hasta el punto en que se le revela como un ídolo que no es que perdiera fuelle, sino que sus seguidores le dejaron de lado. Esto implica que desde el primer minuto uno presencia egoísmo en estado puro. Desde ahí, se lanza a analizar su carrera desde las divergencias que existen entre el humor como oficio y como forma de vida. Sus colegas de profesión se ensañan con su humanidad, y lo hacen como quien seduce al suicida para que no se tire al vacío. Pero eso no oculta que el declive de Buenafuente no fuera más que una experiencia, no común, pero sí tal vez algo intrascendente para el público. Cuando uno se olvida de su dramatismo, queda patente que lo que hizo la audiencia con Andreu Buenafuente no fue un escarmiento, fue un juicio. Este ídolo de papel ardió, y tuvo la suerte de no consumirse.

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