Festival Cine Málaga

Natalia de Molina: “Tenía un trauma con mi acento andaluz y me ha acabado dando las grandes oportunidades”

  • La actriz llega al Festival por tercer año consecutivo sin esconder su habla y con una historia de violencia de género “que nos gustaría que fuera ficción, pero es el día a día de los telediarios”

  • Preparados para la traca final del Festival de Cine

La actriz Natalia de Molina momentos antes de la entrevista.

La actriz Natalia de Molina momentos antes de la entrevista. / Javier Albiñana (Málaga)

Natalia de Molina ya no esconde su acento al hablar. Lo lleva con orgullo y desparpajo después de que le haya abierto más puertas de las que le cerró en sus comienzos. Ahora elige sus trabajos y busca la verdad en ellos, ofrecer al público realidades con las que se sienta cómoda. Estrena este año La maniobra de la tortuga, una película ciertamente oscura pero con un mensaje “muy importante”.

Tercer año en el Festival con películas muy distintas pero con una fuerte reivindicación feminista, ¿es uno de los filtros a la hora de elegir papeles?

Para mí es muy importante ser honesta conmigo misma con lo difícil que es eso en esta profesión porque necesitamos trabajar y comer. Si tienen algo en común en ese sentido es porque va en mi sangre, son las cosas que me interesan y por eso me dedico a esto, para contar historias que me muevan y conseguir ayudar a otras personas. Intento que haya mujeres reales y si hay un cliché, que vaya más allá y plantee por qué es un cliché. 

Esta es una película bastante dura, incluso poco optimista, en la que se reflejan muchos flashes no tan evidentes del patriarcado.

La película tiene una denuncia muy clara, muy potente. Es una película violenta no sólo a nivel físico, también psicológico e institucional. Puede ser menos optimista, pero porque la realidad es la que es. No estamos mintiendo a nadie, es algo que se cuenta a diario en las noticias y ojalá fuera ficción. Lo triste es darte cuenta de que estás viendo una ficción, pero no es ficción.

"La etiqueta con la que me siento menos incómoda es con la de actriz, mi trabajo me ha salvado”

De momento tiene mucho trabajo, ¿le da miedo que llegue esa meseta en la que deja de haber sitio para las mujeres?

Las estadísticas son las que son, parece que llegas a una edad y el prestigio y la carrera va al alza y las mujeres empezamos a desaparecer. Pero que empiecen a verse más miradas femeninas en el cine propicia que se cuenten otro tipo de historias y otro tipo de mujeres. Soy consciente de todos los privilegios que tengo como actriz y uno de ellos es que ahora estoy en un momento muy efervescente también por mi edad. El camino se hace al andar y aquí estaremos para intentar romper con eso.  

Tituló una foto en sus redes con un mensaje muy crítico hacia ver a la mujer como un florero, sólo como una imagen bonita, ¿se has sentido alguna vez así?

Sí, eso fue durante el confinamiento porque estaba preparando un personaje de una película que se llama Contando ovejas. Lo trabajé desde esa mirada de la cosificación. Creo que todas en algún momento de nuestra vida hemos podido sentirnos así sin ser conscientes de ello. En esta profesión evidentemente hay mucha frivolidad y con las mujeres más todavía. No sentirse escuchada, valorada, ser casi invisible tiene mucho que ver con ese tipo de etiquetas que nos ponen en cierto momento por la que se nos utiliza también.

Natalia de Molina asegura que se ha sentido alguna vez mujer florero. Natalia de Molina asegura que se ha sentido alguna vez mujer florero.

Natalia de Molina asegura que se ha sentido alguna vez mujer florero. / Javier Albiñana (Málaga)

El cine vive también de eso, de pintar realidades más bonitas de lo que son, huir de las medianías.

Pero la balanza pesa más hacia un lado que hacia el otro. Hay de todo, sí, pero es verdad que la balanza está descompensada. Es una realidad que es una industria en la que hay marketing de por medio y lo que se quiere es que la gente vaya al cine y consuma el cine. Formamos parte del sistema capitalista en el que vivimos. Lo interesante sería empezar a cambiarlo o jugar con él, ser más listo e intentar colársela por la escuadra

Han dicho de usted que ser actriz es más importante que ser protagonista, ¿qué hay de cierto en ello?

No me lo habían dicho nunca, pero cuando lo leí me gustó y pensé que era verdad. En mi carrera me he movido por lugares muy diferentes y nunca me ha importado si el personaje tenía más o menos peso en una película. No he tenido ese tipo de ego. Mi vida, ahora mismo que no tengo hijos ni otras responsabilidades, gira en torno a mi profesión; es lo que me ha salvado muchas veces en momentos personales muy difíciles. Si hay alguna etiqueta con la que no me siento tan incómoda es con la de actriz, sí soy actriz por encima de muchas cosas.

Debe ser difícil no tener ese ego en un mundo como el del arte y la actuación.

Es evidente que algo de ego tenemos todos, sin él no nos pondríamos delante de la cámara. Pero hay que saber trabajarlo y que no sea el que rija tu carrera. Yo no entiendo mi trabajo sin la generosidad y creo que con un ego muy grande la generosidad no existe. Aquí estamos para dar, una película es hacia el otro.

Las dos últimas películas que ha traído al Festival tienen mucho acento, sus personajes van del granaíno al sevillano, qué importante esto de visibilizar también el andaluz, ¿no?

Yo nací en Linares, pero me crié ne Granada, realmente soy granadina y es la primera vez que hago de granaína. Trabajar el acento de Graná es una cosa que me hacía mucha ilusión. No queríamos hacer un acento muy marcado, pero ahí estaba. cuando empecé en todos los castings que hacía llegaba al final pero me echaban siempre por el acento, tenía un trauma muy grande con mi acento y lo trabajé muchísimo. Estaba obsesionado con hacer ese acento neutro, inexistente. Las grandes oportunidades de mi vida han sido en mi tierra y siendo fiel a mis raíces.

Ha dicho alguna vez que su infancia fue dura, pero si tuviese que quedarse con una postal de infancia, ¿cuál sería?

(Piensa) Es verdad que he tenido una infancia bastante chunga y a veces te acuerdas sólo de lo malo. Recuerdo que me encantaba vestirme de gitana. Tengo muchas fotos de pequeña vestida de gitana y para mí irme a bailar a la feria y todo el ritual de que mi madre me vistiera eran momentos felices.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios