'Staff Only'

Salir indemne

Una escena de 'Staff Only', de Neus Ballús.

Una escena de 'Staff Only', de Neus Ballús. / M. H.

Neus Ballús presentó hace unos años una ópera prima deslumbrante, aún disponible en Filmin. A medio camino entre el drama y el western, La plaga supuso una revelación que anunciaba futuras y mayores alegrías. Por ello, grandes expectativas caían sobre Staff only que, sin embargo, sólo se cumplen en parte. Manel (Sergi López) es un agente turístico que decide pasar unos días de vacaciones con sus hijos en un resort senegalés (pulserita mediante) para celebrar el cumpleaños de Marta (Elena Andrada), su hija mayor, mientras sondea nuevos hoteles y contactos para su empresa.

Sólo con la premisa, mimbres hay de sobra para conflictos de toda orden y condición: generacionales, culturales, clasistas, racistas… pero sorprendentemente, Ballús los esquiva todos. La sutilidad con la que trata de plantear y resolver situaciones es tal que difícilmente da tiempo como espectador siquiera a tomar posición en los diferentes enfrentamientos (¿o deberíamos decir desavenencias? Tal vez disesiones). Tanto es así que la discusión más subida de tono se centra en torno a la conveniencia de tomar un mojito para una chica de diecisiete años. La relación de Marta con un animador turístico (afinado Diomaye Augustin Ngom) es igualmente abordada desde la distensión absoluta y prácticamente se resuelve de la misma manera que el conflicto paterno-filial: un “aquí las cosas no funcionan así” y para casa.

La sensación de oportunidad perdida es aún mayor porque el saber hacer de Ballús como realizadora se mantiene y es perceptible. Desde un principio, con los juegos de cambios de formato; o en las secuencias en las que Marta accede por su cuenta en los territorios vedados a los turistas (el staff only que cita el título) demuestran solidez y pulso a la hora de rodar. Pero tanto es así, que se espera algo más. Nunca llega.

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