Se hizo de rogar TVE. Solamente han tenido que pasar 25 primaveras para decidirse a instalar su ‘loft’ en la calle Alcazabilla. No será porque al lugar le falta fotogenia ni la ciudad de Málaga derrocha hospitalidad.  

Pero está visto que la santa casa de RTVE es demasiado grande. Y para que se pongan de acuerdo los departamentos de Relaciones Públicas con el de Comunicación y alguno más, lleva su tiempo. Ha tenido ser en 2022 cuando la televisión pública, ‘la que quieres’ es su lema actual, ha plantado su apartamento, para entrar a vivir como quien dice, frente al Teatro Romano, durante los nueve días de Festival.  

Desde allí se emiten en directo los informativos diarios del centro territorial de Andalucía. Desde allí grabó Cayetana Guillén Cuervo su coloquio con Daniel Guzmán para Versión española, emitiendo A cambio de nada al tiempo que promocionaba el estreno inminente de Canallas. Desde allí, en definitiva, saldrán las piezas que nutran numerosos programas de la televisión pública durante las jornadas que dure el Festival.  

Hemos de felicitarnos por ello. Porque podría haber sido peor. A pesar del lema ‘TVE con el cine español’, podrían haber transcurrido, no 25, sino 30, o 35 años sin que a los que correspondía dar los pasos para llevarlo a cabo, se les hubiese pasado hacer posible que ese coqueto apartamento con vistas de la calle Alcazabilla fuese una realidad. Y todavía tuviésemos que esperar mucho más.  

A fin de cuentas, tampoco hace tanto que lo instalaron en San Sebastián, en vísperas de otoño, donde comienza la playa de la Concha. Las cosas de palacio siempre han ido despacio. Y cada cual tiene sus ritmos. Ay, gestores de la cosa público, si todo dependiera de vosotros.