Crítica 'Todos están muertos'

Te buscaré en Groenlandia

Todos están muertos. Sección Oficial. Drama, España, Alemania, México, 2014. Dirección y guión: Beatriz Sanchís. Intérpretes: Elena Anaya, Angélica Aragón, Nahuel Pérez Biscayart, Cristian Bernal, Patrick Criado.

Nominada al Goya en 2009 por el cortometraje documental La clase, Beatriz Sanchís presentó ayer su primer largometraje de ficción, Todos están muertos, una curiosa historia de amor y fantasmas.

Lupe (Elena Anaya) vive encerrada en casa, presa de una brutal agorafobia. Viéndola en bata y zapatillas, dependiendo para todo de su madre y con un hijo adolescente que la detesta, nadie diría que en los ochenta fue una estrella del rock con su grupo Groenlandia.

Con un arranque de voz en off que recuerda a la obra previa de Sanchís -el brillante cortometraje Mi otra mitad-, Pancho (Christian Bernal), adolescente en plena pubertad, da cuenta de la relación con los tres ejes de su vida: su madre, Lupe, estrella caída en el olvido; su abuela (Angélica Aragón), quien verdaderamente se hace cargo de él; y un compañero de clase, Víctor (Patrick Criado), con el que comparte gusto por la guitarra y mantiene sentimientos encontrados.

El inicio de Todos están muertos es muy rico en matices, gracias a una eficaz Elena Anaya que aporta el toque justo de misterio: Lupe es un personaje complejo, con filias y fobias muy particulares que se nos muestran poco a poco, y de la que vamos descubriendo una turbia historia que explica su decadencia.

Pero según avanza el metraje Sanchís va agregando al guión ingredientes extremadamente dispares, y la trama familiar se ve salpicada de santería mexicana, música pop, parapsicología, nostalgia ochentera, grupos de boyscouts… y el cóctel resulta, cuanto menos, extravagante. De guardar una cierta continuidad estética con La otra mitad, la cinta pasa a tener ecos de Almodóvar.

La idea de por sí es original, y la directora cuida la puesta en escena con un empeño encomiable. Pero llegado un cierto punto da la impresión de que la película, en su búsqueda de la sorpresa, termina por saltarse las normas de su propio universo.

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