Ainhoa Arteta: un divorcio en falso y una recuperación
Una figura con altibajos
La soprano, que se recupera de una grave convalecencia por un cólico nefrítico, no firmó su boda con el marino Matías Urrea en 2019 y cuya relación da zanjada por completo
Cuando el pasado 11 de junio Ainhoa Arteta amadrinaba en Puerto Sherry un velero de competición en el que su marido, Matías Urrea, formaba parte de la tripulación, nadie hubiera imaginado todo lo dramático que le ha sobrevenido a la soprano, que ya había superado por entonces una delicada convalecencia por el coronavirus. Arteta encarrila ahora la recuperación en el hogar paterno, en Bilbao, de las graves complicaciones de un cólico nefrítico que sufrió en julio. Tras varios días en coma inducido la dolencia le han acarreado la amputación de una falange y un dedo del pie derecho. Con todos los compromisos cancelados la cantante lírica se centra en recuperar la salud pero sin la presencia a su lado de quien había sido su cuarto marido, Urrea, con el que se casó en ElPuerto de Santa María en 2019, tras una fiesta previa de despedida de soltería en Jerez.
Ahora que se ha producido la ruptura imprevista, y también definitiva, de la pareja, se ha conocido que ambos no habían formalizado el matrimonio en junio de 2019. Urrea y Arteta habían tenido una sonada pelea en vísperas de la celebración nupcial en el castillo de San Marcos (propiedad de Bodegas Caballero) y decidieron seguir adelante con las fiestas pero sin rubricar el vínculo matrimonial.
La soprano, de 56 años, ya había estado casada en tres ocasiones anteriormente, con dos hijos:Sarah, de 21 años, fruto de su segunda relación, con el cantante Dwayne Croft, e Íker, de 11 años, nacido de su matrimonio con el jinete Jesús Garmendia que se extendió de 2013 a 2016.
En el entorno cercano a la cantante no ha sorprendido del todo esta cuarta ruptura que no requeriría el proceso de divorcio. Los amigos de Urrea aseveran que el marino dejó sus quehaceres militares en el ámbito de la comunicación estratégica (estaba destinado en Bruselas cuando la conoció) y que la relación no era satisfactoria por el mal carácter de ella. En el entorno de Arteta se defiende lo contrario. Los espectadores contemplaron de cerca el carácter de la cantante en la pasada edición de MasterChef Celebrity. Este matrimonio sin papeles estaba llamado a romperse por evidente incompatibilidad de caracteres. El marino decía sobrellevar con entereza los bruscos cambios de humor de ella.
La crítica convalecencia de julio ha sido el principio del fin de esta relación de Arteta que a través de su vínculo con Urrea, tantos años destinado en la Base de Rota, se prodigó por la costa gaditana y reafirmó su cercanía a Sevilla. La tolosarra llegó a proclamar en el teatro de la Maestranza que tiene hasta 32 apellidos vascos, pero se siente muy ligada al Sur. En este otoño le toca recuperarse con calma para regresar a lo largo de 2022 a los escenarios.
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