Pasarela

Alejandro Sanz, dispuesto a lo que venga

El cantante de Corazón partío está dispuesto a hacerse las pruebas de paternidad. Siempre y cuando un juez se lo pida. Alejandro Sanz llegó de tan buen humor al aeropuerto de México, donde tiene previsto pasar mes y medio como jurado de un concurso musical de la televisión, que contestó con una sonrisa en la boca a las preguntas de los periodistas sobre la demanda de paternidad interpuesta hace un mes por Isabel Vázquez, de 21 años, quien afirma ser fruto de un romance del artista con una gaditana cuando daba sus primeros pasos en el mundo de la música.

A pesar de la expectación que está generando la noticia este verano, el cantante, al referírsele tal demanda de paternidad, afirmó que "no está aceptada". Sin perder la simpatía ni la amabilidad con los reporteros, ante la cuestión de las pruebas de ADN Alejandro no dio un rodeo a la pregunta, como había hecho hasta el momento diciendo "No me lo ha pedido el juez". Esta vez encaró el tema y respondió que "Claro" que se haría las pruebas... llegado el momento y si la Justicia se lo exige.

Desde el principio de esta historia, el intérprete de Looking for paradise ha dejado clara su postura acerca de la supuesta hija que acababa de surgirle de la nada. Tras conocerse la noticia, Alejandro escribía en su perfil de Twitter: "No os creáis las tonterías que dicen por ahí. Mis hijos son los que son… Mi Manuela, mi Alexander y ahora mi Dylan.. Y punto. Lo demás son inventos de oportunistas sin escrúpulos y tendrán que responder ante la ley."

La que tendrá que responder como mayor de edad que es, es una joven de Cádiz con aspiraciones de cantante cuya primera aparición televisiva a mediados de julio resultó un desastre. Los colaboradores del programa Sálvame Deluxe echaron por tierra muchas de sus respuestas, como la de por qué había tardado tanto en interponer esta demanda si desde siempre en su círculo más cercano se había comentado que Alejandro Sanz era su padre. La falta de pruebas aportadas sobre la relación que mantuvo con su madre y la inexistencia (al menos de momento) de un test de ADN provocaron que diera la imagen, definitivamente, de una montajista. La llamada teléfonica de su madre, hablando con altivez y visiblemente nerviosa, zanjó una noche que no la dejó precisamente bien parada.

Curiosamente, el hasta ahora único medio que había utilizado el cantante para referirse a esta polémica fue también el que usó para anunciar, a finales de julio, el nacimiento de su hijo Dylan. Tal acontecimiento y el hecho de que su estancia en México le servirá para pasar un tiempo más cerca de su hija mayor Manuela, que se encuentra allí con su madre, han contribuido a que Alejandro esté de mejor humor que nunca. Y preparado para todo lo que venga.

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