Había ganas de que los eternos novios de España, Sara Carbonero e Íker Casillas, pusieran un pie en España, especialmente desde que hace una semana la revista ¡Hola! publicase que, según fuentes cercanas a la pareja, están esperando su segundo bebé; y ya se sabe que el semanario decano del corazón no es de tirarse a la piscina. Pues ya están aquí y con una agenda de lo más intensa. La periodista deportiva y el futbolista han dejado por unos días el calor de su nuevo hogar portugués para visitar Madrid y cumplir con sus respectivos compromisos profesionales. Ayer, el guardamenta recogió de manos del presidente del Gobierno la Gran Cruz de la Real Orden al Mérito Deportivo, una condecoración que dedicó especialmente a Sara, a la que se refirió como su esposa, y a su hijo Martín. No mencionó Íker al que está en camino, y es que siguen sin confirmar oficialmente que van a ampliar la familia. Todo apunta a que será mañana, en la presentación ante los medios de la colaboración de Carbonero como diseñadora de joyas para la firma parisina Ágatha París, de la que ya ha sido imagen y embajadora, con la línea de complementos Ágatha by Sara, cuando al fin la manchega hable abiertamente de su estado de buena esperanza, que aún es imperceptible. Al menos así lo ha evidenciado el ceñidísimo vestido de punto color maquillaje, firmado por Vicedomini, que lució ayer en La Moncloa y que combinó con unos altísimos stilettos color nude y un bolso de piel trenzada de Yliana Yepez.

Además de acompañar a su novio en este momento tan especial y de presentar su primera línea de joyas, que aúna la elegancia y feminidad de Sara con el savoir faire de Ágatha París, la periodista ha aprovechado su viaje para ponerse al día en los asuntos de su empresa Slow Love. Así lo refleja su perfil de Instagram donde ha compartido una foto con sus socias e íntimas Isabel Jiménes y Mayra del Pilar.