Los puntos fuertes de su belleza son la piel, sus ojos y, por supuesto, ese cabello que le ha convertido, por vez primera en su vida, en imagen de un producto. Así, la firma especializada Franck Provost ha querido que Vicky Martín Berrocal sea la persona responsable de promocionar unos tratamientos capilares -y, en concreto, unas mascarillas-, sobre las que confiesa usarlas tanto por su parte como por la de su hija, Alba. Además, la diseñadora vive un momento espléndido por los excelentes comentarios que su nueva colección de flamenca ha recogido en la Pasarela de Jerez.

-¿Cómo lleva el hecho de representar a una firma que no sea la suya?

-Fenomenal. Ya conocía a su responsable de coincidir en sitios de veraneo. Habían visto fotos mías y, por lo visto, debo haberles gustado (risas). Por otro lado, si no me atrae algo, no me implico y, en este caso, tanto el producto como la marca me agradan.

-¿No se lo cortaría para cambiar de look?

-Me gustaría hacerlo alguna vez pero sé que no me decidiré. Sería un cambio radical. Corto y un rubio platino, por ejemplo, aunque, por ahora, seguiré con mi melena.

-Cambiando de asunto, ¿satisfecha de su paso por Jerez?

-Sí. Estoy feliz de ver cómo se me recibió y de todo el equipo que me acompañó. Me motivó mucho la ciudad y los organizadores y, al final, resultó muy emocionante y toda una aventura.

-No obstante, se han publicado ciertas críticas por parte del público que no pudo acceder al recinto…

-Eso no está en mis manos. Había un aforo de unas 500 personas y, desde el principio, yo sabía que eso era un problema. Por mi parte, hubiera deseado que lo hubiera visto el mundo entero…

-Y por lo demás, ¿cuál es su plan de trabajo en la actualidad?

-Bueno, en lo del diseño estoy sola salvo en lo que al patronaje, corte y confección se refiere. De lunes a viernes me quedo en Sevilla con las cuestiones de moda y, el fin de semana, me marcho a Toledo, para el programa de televisión "A tu vera" que es de copla y presento allí. Luego, las tardes, se las dedico a mi niña. Da igual lo que suceda en mi vida pero eso no admite negociación. Nada me da tanta satisfacción como mi hija ni tampoco quiero arrepentirme y que, en un futuro, cumpla 19 años y piense que su madre no salía de un taller.

-Entonces, ¿no descansa?

-Nunca. De hecho, tengo varios proyectos pendientes. Quiero crecer, hacer cosas… A mi padre le pasaba igual. Lo mismo se dedicaba a los toros, que al boxeo, al fútbol. Él podía con todo y esa misma pasión la he heredado de él. ¡Hasta he cantado con con Rafa Serna y pienso en disco propio! (risas).