Tras una larga lucha contra el COVID que a punto ha estado de costarle la vida, Antonio Resines ha sido fotografiado por primera vez en la puerta de su domicilio paseando un poco y cogiendo un taxi para acudir a rehabilitación, lo que se ha convertido en su rutina durante esta convalecencia.
Ayudado por unas muletas para caminar y con su característico sentido del humor, el actor ha comentado a los periodistas: "Estamos bien de ánimos. He estado 48 días en coma pero sé que la gente ha estado pendiente y eso es una alegría". Resines ha explicado que aún le queda bastante recuperación, ya que tiene muchas secuelas por la enfermedad pero "dentro de un par de meses o tres estará dando guerra". Con una atrofia muscular del 80 por ciento, los médicos le han aconsejado hacer rehabilitación tanto en casa como con un especialista, salir a andar y coger fuerzas. "Volveré a trabajar pero falta tiempo", asegura.
Camuflado con su característico sombrero, gafas de sol oscuras y mascarilla de color rojo, el intérprete ha atendido amable a los medios. Acompañado de su mujer, Ana Pérez-Lorente, quien no se ha separado de él en todo este tiempo, ya han transcurrido casi quince días desde que recibió el alta médica. Fue el pasado 10 de febrero cuando por fin pudo regresar a casa tras pasar 36 días en la UCI y 12 en planta. Ahora, como comentó a Pablo Motos en El Hormiguero, está volcado en su recuperación, contento y muy agradecido a la sanidad pública, que le ha salvado la vida.
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