Para los famosos, ya sean de aquí o de allá, no tiene por qué ser precisamente carnaval para disfrazarse. Su vida ya es de fantasía. Halloween, fiestas, salir en televisión o, para los más clásicos, dar un pregón. El caso es dar la nota.

Algunos van todo el año disfrazados -como el excéntrico personaje que ha creado Lady Gaga- y otros aprovechan cualquier ocasión para convertirse en lo que no son. Por ejemplo, Paris Hilton. La pija deja los Gucci en el armario para enfundarse cualquier modelito imposible y le da igual que sea en carnaval o en Halloween. Adicta a los carnavales de Río -donde siempre acaba siendo fotografiada en actitud un poco lamentable-, a Paris le encanta disfrazarse. Pero eso sí, entre más enseñe mejor. Lo mismo le ocurre a Anne Hathaway, Lindsay Lohan, Sophia Loren, Depardieu o Mariah Carey, entre otros tantos. Y no hay que cruzar el charco para que los famosos vivan el carnaval. Los pregoneros, Alejandro Sanz y Paz Padilla, los televisivos Belén Esteban, Carlos Herrera, Paula Vázquez, Sofía Mazagatos y Ana Rosa, y su séquito, también lo viven aunque sea para trabajar o por una buena causa.