La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

Y Málaga se queda (al final) con el 'Cubo'

La Dirección Territorial de la nueva CaixaBank ya no estará en Granada, sino en Sevilla: ¿qué pasará con la Fundación? Quitan el logo de Bankia del edificio de Campo Baeza para poner las letras de CaixaBank

El Cubo de Granada cambia de nuevo sus siglas: quitan el logo de Bankia para poner el de CaixaBank

El Cubo de Granada cambia de nuevo sus siglas: quitan el logo de Bankia para poner el de CaixaBank / Jesús Jiménez / Photographerssports

Es un titular figurado y pretendidamente provocativo, nadie se va a llevar a Málaga los bloques de hormigón del Cubo que coquetean con la Alhambra desde la Cirvunvalación, pero tiene la dureza y simplicidad suficiente para llamar la atención sobre la trascendencia real de lo que pudiera parecer una foto anecdótica: las letras de Bankia se caen del imponente edificio que diseñó Campo Baeza y que fue, hace solo unos años, símbolo de la posición (y ambición) de Granada. De sus (aparentes) victorias financieras y de sus proyectos de futuro.

Caixabank se ha comido a Bankia y el logo del gran banco madrileño ya se ha retirado de la fachada del antiguo edificio de CajaGranada. Con la misma rapidez con que ocurrió hace tres años cuando las letras plateadas del Banco Mare Nostrum (BMN) se eliminaron de la fachada del Cubo poniendo fin a la aventura financiera del exalcalde socialista Antonio Jara. Como ha pasado este mismo viernes en Madrid cuando, en lo alto de la plaza de Castilla, en plena Castellana, ha empezado a brillar la estrella azul de Miró escenificando la operación de absorción que han ejecutado Gonzalo Gortázar y José Ignacio Goirigolzarri en el nacimiento del nuevo gigante financiero.

La nueva Caixabank cotizará en Bolsa desde este mismo lunes con una capitalización superior a los 20.600 millones de euros, la décima del IBEX35. El grupo resultante parte con 624.000 millones de euros en activos en España, 50.000 personas en plantilla, 20 millones de clientes y 6.700 oficinas. Con la operación corporativa número 85 de los catalanes, se ha configurado en España el primer grupo bancario por volumen de negocio gracias a una fusión que se anunció en plena pandemia y que ha necesitado meses de trabajo y más de 1.500 efectivos para culminar todos los trámites.

Dicen los nuevos responsables de Caixabank que "estamos en la línea de salida, no en la de llegada"; que "la fusión marca un hito en la historia del sistema financiero español" y que se afronta el reto "desde una posición de fortaleza" que les permite "ser parte activa de la solución de la actual crisis". Quedan muchos flecos internos pero también estratégicos y con impacto social: del ajuste de las plantillas y el cierre de las oficinas que se solapen a la integración tecnológica y la unificación de la política comercial.

Para Bankia, el Viernes de Dolores ha significado su último día en Bolsa, justo una década después de que saliera al mercado en mitad de la crisis financiera que se desencadenó en 2008 y con la controvertida operación que promovió el Gobierno, con el visto bueno del Banco de España y la torpe participación de Rodrigo Rato. Para Granada, sumamos un capítulo más de progresiva pérdida de peso y protagonismo. De inexplicable indolencia. Cuatro cambios de logos (CajaGranada, BMN, Bankia y CaixaBank) han terminado de enterrar la historia del banco centenario que un día quiso plantar cara a Málaga y Sevilla siendo líder del sistema financiero andaluz.

Precisamente este sábado, Braulio Medel ha publicado un artículo en los nueve periódicos de Grupo Joly con motivo del treinta aniversario del nacimiento de Unicaja -con la fusión de las Cajas de Ronda, Cádiz, Almería, Málaga y Antequera (más tarde se uniría Jaén- y en vísperas de la operación de unión con Liberbank para crear el quinto banco español, con un activo superior a los 100.000 millones y "único con sede en Andalucía". Este matiz final es importante: porque Unicaja termina fortalecida en la fusión, porque la sede se mantiene en Málaga y porque no pierde su identidad.

"Escaramuzas políticas" y "acentuado localismo". Medel siempre se expresa con medida prudencia y sutileza cuando explica por qué fracasó en Andalucía el intento de construir un gran banco regional. No menciona explícitamente a Granada (ni a sus políticos) pero no hace falta, todos sabemos que Granada tuvo mucho que ver. Reconozcamos que fue determinante para abortar la operación y seamos valientes, hoy, para preguntarnos si mereció la pena. Si no fue un error histórico que ha quedado sin expiar. Porque la realidad es que Málaga nos vuelve a adelantar por la derecha. En el plano financiero -hace dos décadas podíamos tutearnos; ahora no-, en su empuje económico y empresarial y, como hemos lamentado en los últimos años, en el terreno cultural.

Otra vez el futuro del Cubo está en el aire. Es una cuestión menor en una operación de la envergadura de la nueva CaixaBank, pero relevante por cuanto tiene de simbólico. La Dirección Territorial se traslada a Málaga. En Granada parece que quedará algún departamento (secundario) sin que de momento se hayan desvelado los planes concretos sobre el futuro final del imponente edificio vanguardista. El centro de decisión y poder para Málaga, Granada, Jaén, Almería y Melilla estará en la tierra de Braulio Medel.

Paradójicamente, el pulso financiero andaluz estará en Málaga -como soñó el presidente de Unicaja- por una vía alternativa al proyecto de fusión regional en el que nunca se creyó. Más paradojas: la Dirección Territorial de La Caixa estuvo en nuestra ciudad… precisamente en la Gran Vía, en la sede del antiguo Banco de Granada.

Es evidente que este artículo debería terminar con una fría pregunta: ¿vamos a hacer algo en Granada? Siendo consecuentes, ni las razones logísticas y operativas ni los números nos apoyan para librar una batalla por el poder financiero. ¿La nostalgia? ¿Ejercer al menos el derecho al pataleo? Siendo honestos, admitamos que lo que nos gusta es lamentarnos y lamernos las heridas.

Cuando Alberto Campo Baeza diseñó el Cubo, su intención fue "dominar el espacio", encontrar la manera de "controlar la forma y las dimensiones del espacio arquitectónico". Toda su obsesión era levantar un edificio en el que se pudieran contemplar los seis lados del Cubo; no tres… Y no lo consiguió hasta que fue capaz de darse cuenta de que debía poner en relación las dimensiones del espacio respecto a las del hombre. Y puso en juego la luz.

Lo que ha faltado, y nos sigue faltando, en Granada: luz, entendida como visión, y perspectiva. Pensándolo bien... sí, Málaga acaba quedándose con nuestro Cubo.

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