Una Pasión con sones de gloria
Marco Frisina presenta a nivel mundial un oratorio sobre las últimas horas de Cristo y su Resurrección en el Teatro Cervantes
El Teatro Cervantes se convirtió anoche en un referente de la música sacra a nivel mundial. Como una visión musical trina, la obra del sacerdote Marco Frisina, director del coro de la diócesis de Roma, aunó en casi 200 personas sobre las tablas centenarias un oratorio que conjuga bajo la Pasión de Cristo a toda la humanidad.
Passio Christicerró la taquilla de ayer para abrir, con localidades aún libres, la segunda función inaugural en la noche de hoy. La voz de Antonio Banderas como narrador fue la primera en sonar entre las bambalinas del Teatro Cervantes, antes de que los instrumentos y los coros de voces narrasen con la melodía las últimas horas de vida de Jesucristo.
Entre los coros vocales, las voces de la escolanía del monasterio de San Lorenzo de El Escorial destacó junto a la de la parroquia del Corpus Christi, la coral Cármina Nova y la del colegio marbellí Las Chapas formaron un conjunto perfecto con la Orquesta Filarmónica de Málaga.
Entre las voces, la de la soprano napolitana María Grazia Schiavo sonó por primera vez bajo las órdenes de Frisina sobre el escenario del Cervantes. En el papel de María Magdalena, y con Berna Perles como recambio para el pase de hoy, la interpretó brindó una interpretación sublime del aria de María Magdalena. El lamento de la mujer, del círculo de Jesús, habla con su maestro tras la flagelación en un canto en francés de destacada dulzura.
structurada en dos partes, la primera comprendió desde la Última Cena, que hizo las veces de prólogo, hasta la sentencia de Jesús a muerte. La segunda sigue la senda del Monte Calvario y culminó con la sepultura y la misma gloria unida a casi un centenar de voces blancas dispuestas en la parte superior del Teatro. Tras una breve introducción de instrumentos de cuerda y de viento, el personaje de Cristo, interpretado por Damián del Castillo, instituía la Eucaristía con sones que recuerdan a la actual celebración. El mismo Jesús sufrió sus primeros tormentos en una conjunción perfecta entre la tragedia de la música y el padecimiento del hombre.
Las voces blancas llegaron desde las alturas en un juego para identificar en el Kyrie a los ángeles en el techo de Ferrándiz como la gloria celestial. El prendimiento de Jesús por Judas puso los primeros ritmos de angustia, reproducidos por la duda del hasta entonces apóstol poco más tarde. Frente a él, San Pedro, con la voz de David Lagares, añadió la desesperanza de su discípulo, dispuesto a borrar lo ocurrido tras las negaciones y confiar en la palabra del maestro con un texto imprescindible.
Tras el receso llegó el turno de la Pasión y muerte. El dramatismo siguió llenando la escena del Cervantes frente a un numeroso público que llenó patio y palcos y pudo seguir la letra en castellano gracias a la proyección de la misma sobre el telón. Todo el sufrimiento, el del hombre en su día a día en la humanidad, se vio completado con la misma resurrección y los personajes reunidos en la glorificación final.
El estreno mundial de Passio Christi se enmarca en los actos de celebración del 25 aniversario de la Fundación Victoria. A la presentación asistieron el obispo Jesús Catalá, los vicarios generales José Antonio Sánchez y Antonio Coronado; así como el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y la concejal de Movilidad, Elvira Maeso.
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