Los pelos y la raíz del problema

Los dermatólogos son los especialistas en el diagnóstico y tratamiento de las patologías del cuero cabelludo

Advierten que hay ampollas que no tienen eficacia demostrada

Un hombre con calvicie consulta su móvil.
Leonor García

18 de diciembre 2016 - 02:09

Málaga/Los especialistas en la salud del pelo son los dermatólogos. Las peluquerías pueden mejorar el aspecto estético y hacer tratamientos cosméticos, pero cuando hay un problema de verdad estos especialistas aconsejan no irse a Turquía por un injerto de pelo más barato ni ponerse potingues de eficacia no demostrada, sino acudir a un dermatólogo y en España.

Y que duda cabe que la calvicie es el problema por excelencia del pelo. La sufren fundamentalmente los hombres (alopecia androgenética masculina), pero también las mujeres (alopecia difusa femenina). "Pero las caídas del pelo no son todas lo mismo ni tiene los mismos tratamientos", aclara el jefe de Dermatología del Clínico, Enrique Herrera. Hay que ir a la raíz del problema. Y lo primero es un diagnostico acertado. Por ejemplo, en la mujer, la alopecia puede ser por la falta de oligoelementos, por factores estacionales o por cuestiones hormonales.

Además, existe una caída normal y otra patológica. Y hay que diferenciarlas. Al día, es habitual que se caigan 30 Ó 40 pelos de modo que en los cinco años la cabellera se ha renovado por completo. "Pero si la caída es importante, no es recomendable acudir a la peluquería sino al dermatólogo", apunta Herrera. Porque en torno al 95% de los problemas tienen tratamiento. Pero hay que acudir a tiempo.

En el caso de la alopecia androgenética masculina -esa que comienza por la zona frontoparietal y se va extendiendo hacia atrás- existe un medicamento que bloquea el proceso encimático que la provoca. De modo que se puede parar, pero no revertir. Con el tratamiento, el pelo deja de caerse, pero el que se ha caído, se pierde para siempre.

La solución entonces pasa por un injerto o trasplante de cuero cabelludo. Puede ser pelo a pelo -para lo que se requiere el uso de robots- o mediante tiras que se obtienen de la zona occipital del propio paciente. "Hay técnicas muy avanzadas con resultados muy buenos, aunque son caras", indica Herrera. En todo caso, tras el trasplante, el paciente tiene que mantener el tratamiento para evitar la caída de por vida. Los tiempos que corren tampoco contribuyen porque así como el estrés suma papeletas para un infarto, una gastritis u otras patologías, también facilita la caída del pelo.

El jefe de Dermatología aclara que las ampollas y champús que se venden en peluquerías y comercios pueden dejar el pelo más brillante, pero -aunque no hacen daño-, no tienen demostrada su eficacia de cara a evitar la pérdida del pelo. "El pelo es una estructura viva y su raíz es profunda. A veces las personas creen que esas ampollas le están haciendo efecto porque hay caída que es estacional y coincide con su aplicación", advierte.

Por ello concluye que lo más acertado es acudir a un dermatólogo. Luego recuerda que la alopecia androgenética masculina -que es la más frecuente en varones- se hereda. Y que avanza en función de la edad de modo que el 90% de varones de más de 40 años es raro que no tengan entradas o falta de pelo en la coronilla. Y después insistir por enésima vez que los especialistas en el pelo son los dermatólogos bromea con un refrán popular: "Al final, todos calvos".

Reconocimiento internacional para el dermatólogo Enrique Herrera

Maestro de la Dermatología Ibero Latinoamericana. Ese es el reconocimiento que ha recibido recientemente el jefe de Dermatología del Hospital Clínico y catedrático de la Universidad de Málaga, Enrique Herrera Ceballos. La distinción le fue concedida hace poco más de un mes en un congreso de la especialidad celebrado en la ciudad de Buenos Aires (Argentina). A propuesta de los delegados, tras la aprobación del comité de selección por parte del Colegio Latinoamericano (Cilad) se decidió el galardón. Herrera, oriundo de Córdoba, se formó como especialista en Salamanca y tiene más de 42 años de trayectoria profesional. Se incorporó a la sanidad pública en 1986, año en el que logró la Cátedra de Dermatología de la Universidad de Málaga y la jefatura de la especialidad, primero en el Civil y luego en el Clínico. El servicio que encabeza realizó el año pasado unas 31.000 consultas externas, más de 1.800 operaciones de cáncer cutáneo y otras 1.450 intervenciones de cirugía mayor ambulatoria.

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