Cuando el tacón de vértigo es un problema
El Colegio de Podólogos advierte del uso de zapatos muy 'elevados' y aconseja ejercicios de relajación del pie

Tras las rebajas en las que la ropa de invierno ha dejado sitio en los escaparates a moda más primaveral, vuelven los zapatos de tacón y los equilibrios imposibles sobre estilizados talones. La moda de las zapatillas con prendas de vestir más arregladas aún se resiste en actos o cultos cofradieros. Tampoco parecen combinar con trajes para las bodas, bautizos y comuniones que comienzan a añadirse a las agendas conforme se va acercando la primavera. El Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía ha advertido en otras ocasiones en los que los zapatos de tacón vuelven a ser indispensables para completar el estilismo de muchas mujeres, que es necesaria la "moderación en el uso de los tacones", consciente de que es una práctica estética que suele incrementarse por la proliferación de actos y celebraciones. El presidente del Colegio, Jorge Barnés, explica que el abuso del tacón alto, que además suele ser de horma estrecha, puede llegar a modificar la estructura del pie y facilita la aparición de afecciones como inflamaciones, dedos de garra o como Hallux Valgus, conocida como juanetes, además de que aumenta el dolor de la planta.
"El único motivo para usar un calzado de más de cinco centímetros de alto o de tacón de aguja es el estético. Su uso abusivo, con el consecuente incremento del peso sobre la parte delantera del pie y la modificación postural, puede provocar o agravar alteraciones ya existentes, en muchos casos dolorosas, como problemas de estabilidad, malformaciones, inflamaciones o callosidades, que el podólogo, como profesional sanitario especialista, trata de diversas formas en función del diagnóstico", señala Jorge Barnés. La cuña corrida no superior a 5 centímetros de altura es más recomendable. Si a pesar de no estar aconsejado, se insiste en el uso de tacones altos, el Colegio de Podólogos recomienda ejercicios de relajación del pie con una pelota para reducir o descomprimir la fascia plantar y aliviar la presión continuada por el calzado.
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