Diario de una artista en crisis
Entre reflexiones sobre el arte, la fotógrafa Mónica Ochoa relata en su libro su historia personal, la de alguien que lo ha perdido todo pero decide plantarle cara a los problemas con humor
Mónica Ochoa nos abre las puertas de su nueva casa. Cuatro perros nos dan la bienvenida. Nos invita a tomar asiento y la conversación surge al instante. Hace tan solo dos meses que dejó atrás su vida en la capital para instalarse en Benahavís. Recién llegada de la gran ciudad, Ochoa trata de buscarse un hueco en el mundo del arte en la Costa del Sol. Está firmemente convencida del potencial que tiene Marbella, pero asegura que está desaprovechado. "Marbella tiene una proyección al mundo brutal, pero hay que invertir. Creo que tiene muchísimo potencial si se hicieran actividades de arte que cubrieran todo el espectro, desde dar lujo al lujo hasta darle cabida a la población marbellí para que se implique en las diferentes actividades", comenta.
Ochoa es una fotógrafa consagrada, la lista de artistas famosos y no tan famosos a los que ha retratado es larga, pero una crisis personal puso su vida patas arriba, truncando algunos de sus proyectos. Vendió su casa en la Moraleja para irse a vivir a un barrio emergente de Madrid, donde ha vivido los últimos tres años. Pero lejos de tirar la toalla, decidió tomarse la vida con humor. Ahí surge Diario de una artista en crisis, un blog que más tarde ha dado lugar a su primer libro. En él nos invita en clave de humor a conocer su historia, la de alguien que lo ha perdido todo en medio de una crisis pero que prefiere plantarle cara con una sonrisa. "Si yo contara lo que es pasar de ser princesa a estar aquí...", bromea, aunque la broma tenga mucho de cierto. "En él hablo del barrio, del entorno que tenía, y de mi día a día, de cómo es acabar el mes con 20 euros, de dejar de ir a las peluquerías de nombre italiano para irte a teñirte tú a tu casa. Al final no deja de ser un diario, pero la gente se divierte mucho leyéndola", asegura. "El mensaje es que hay que asumir las cosas como vienen y tirar para adelante. Si antes te vestías de marca y ahora te vistes de mercadillo pero tienes gracias y estilo pues lo mismo ni se te va a notar", señala.
Entre sus propios recuerdos y vivencias, también deja paso a reflexiones sobre el arte en general, el cual asegura está en crisis, o incluso dedica un capítulo a hacer una crítica del intrusismo en el mundo de las galerías de arte. "Ahora las galerías no quieren por lo que vales sino por cómo es tu agenda de contactos", critica. El libro está disponible en la Casa del Libro, Amazon o por encargo a través de la propia editorial Saralejandría.
Ochoa se ha criado en un ambiente de artistas, rodeada de pintores, fotógrafos y galeristas. De ahí parte de su talento y el gusanillo por el mundo de la cultura y el arte. Durante un tiempo, al comienzo de su carrera profesional se dedicó a la moda, e incluso ha realizado portadas de discos. Pero diferentes razones la llevaron a lo que más le gustaba: el retrato. Su especialidad es el blanco y negro, aunque también realiza fotografías a color, y rehúye de los programas de edición. Además de retratista, Ochoa es comisaria de arte, catalogadora de arte y especialista en exposiciones temporales. Sobre todo en arte actual, arte marginal o street art. Ya instalada en la Costa del Sol, se trae entre manos proyectos diferentes de carácter inmobiliario y artísticos, además de continuar ejerciendo como retratista. E incluso se prepara para un segundo libro donde plasmar lo que ha sido de ella desde que salió de Madrid hasta su llegada a Marbela. Siempre en un tono desesnfadado, irónico, y con mucho, mucho humor. Y es que ya lo decía Óscar Wilde: "La vida es demasiado importante como para tomarsela en serio".
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