Golondrinas contra mosquitos

Alumnos del IES Fernando de los Ríos han puesto en marcha una campaña de concienciación vecinal en Parque Litoral para evitar la destrucción de nidos de pájaros insectívoros, los insecticidas naturales más eficaces

Un nido de golondrinas.
Un nido de golondrinas.
Cristina Fernández

Málaga, 18 de abril 2018 - 01:41

Desde hace algunos días en el ascensor de Rocío se expone un cartel que explica la importancia de tener cerca el nido de algún pájaro insectívoro, golondrinas, vencejos o aviones comunes. Estos animales comen al día tres veces su peso en mosquitos y son, por tanto, el insecticida natural más efectivo que existe. Con un metabolismo tan alto también son muchos sus excrementos y esta molestia ha provocado que en muchas comunidades de propietarios se haya destruido su lugar de nidificación, haciendo que estas aves migratorias busquen al año siguiente un nuevo emplazamiento. Ante esta situación, el departamento de Biología del IES Fernando de los Ríos inició con los alumnos de primero de Secundaria un proyecto para concienciar a los vecinos de Parque Litoral de la importancia de mantener cerca a estos pájaros.

"También vivo en Parque Litoral y hemos tenido grandes problemas con los mosquitos en años anteriores a pesar de que contamos con tres tipos de insecticidas naturales, el avión común, el vencejo y la golondrina", explica Javier Morallón, profesor de Biología del centro. "Todos los años se tiran nidos, la gente no valora el gran beneficio que tienen estos pájaros y como ensucian los echan abajo, pero esto además es ilegal, hay una normativa que defiende su nidificación porque es un beneficio para la comunidad", agrega. Pensando en qué podían hacer desde el centro se les ocurrió poner en marcha un proyecto de investigación que implicara a los alumnos de primero de ESO, "que tienen en el temario una parte importante de zoología y entre otros vertebrados estudian las aves, nos parecía interesante involucrar a todos los chavales", indica el profesor.

El vencejo, el avión común y la golondrina comen al día tres veces su peso en mosquitos

El centro está adscrito al colegio Clara Campoamor y, por tanto, sus alumnos habían sufrido en su propia piel el problema de mosquitos y picaduras que tuvieron en veranos anteriores. Así, señala Javier Morallón, que sus alumnos recibieron el proyecto de manera entusiasta. "Lo primero que hicimos fue explicarles para que ellos fuesen capaces de trasladar lo aprendido a los presidentes de las comunidades de vecinos, saber por qué es importante defender los nidos, realizamos charlas en los cuatro primeros de la ESO, conocieron el tipo de vida y de nido de cada insectívoro y las migraciones", relata el profesor.

El barro es la materia prima para que aviones comunes y golondrinas fabriquen sus nidos y el vencejo aprovecha cualquier hueco para instalarse, por lo que suele ser el más molesto. A mediados de febrero estas aves empiezan a llegar desde África y tardan un mes o mes y medio en establecerse. Pero su sistema de protección les obliga a ser desconfiadas, según relata el experto, y si el nido se ha roto es muy probable que ya no aniden en él. Se buscarán, por tanto, otra cornisa, otro vano, otro edificio en el que pernoctar y cazar durante la tarde noche a miles de molestos mosquitos. "A nada que en un vecindario se alteran los nidos no vuelven", señala Morallón. Y eso que "tener una nidificación junto a la ventana es lo mejor que te puede pasar, son muchas más las ventajas que los inconvenientes que podría causar su suciedad".

En esta actividad han intentado que los estudiantes sean los que expliquen y ejerzan de profesores con sus vecinos, con los dueños de tiendas y establecimientos y ha tenido bastante buena acogida. "He visto carteles en casi todas las tiendas", indica el profesor. En clase también siguen trabajando este proyecto, que además es bilingüe. Están desarrollando carteles más grandes para poder exponer en el propio instituto y, de esta manera, formar al resto de sus compañeros, que igualmente van a conocer la importancia de los insectívoros. "También estamos planteando hacer un registro fotográfico para comprobar el año que viene si incrementa, se mantiene o sigue en retroceso el número de nidos en la zona", agrega Javier Morallón. Igualmente se podría poner en conocimiento del Seprona si se pilla a algún vecino destruyendo nidos, lo que se supone una práctica ilegal.

"Con una primavera tan lluviosa se esperan bastante mosquitos este año, solo necesitan agua estancada y temperaturas altas. Ya se están desarrollando", apunta el profesor de Biología y señala que, además de su funcionalidad, "es una maravilla verlos volar". Estas aves, que se alimentan en vuelo, estarán todo el verano por tierras del sur. Luego, cuando en octubre o noviembre decae la población de insectos volverán a tierras africanas. "Los alumnos no tenían ni idea de estos pájaros y ahora ya saben identificarlos, distinguir los tres tipos, han hecho suyo el proyecto y están muy ilusionados", agrega el docente que espera evitar con esta acción "la sangría de nidos" producida en los últimos años.

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