Este es uno de los lugares más emblemáticos de Málaga y que 'comparten' cuatro bonitos pueblos
La Ermita de las Tres Cruces es uno de esos lugares singulares de Málaga por la historia que tiene detrás y su ubicación
10 cosas que como malagueño quizás no sabías de Málaga y por qué
En el corazón rural de la provincia de Málaga, la Ermita de las Tres Cruces se alza como un lugar emblemático cargado de historia, devoción y tradiciones populares. Aunque, según la tradición, esta ermita es compartida por los municipios de Almogía, Cártama y Álora, y está muy cerca de Pizarra, los mapas oficiales sitúan esta construcción dentro del término municipal de Álora. Sin embargo, la historia y el folklore locales han mantenido viva la idea de que esta pequeña capilla es un símbolo compartido por estos pueblos malagueños, creando un vínculo especial entre ellos y convirtiendo a la ermita en un punto de encuentro.
La ermita fue construida en el siglo XVIII, con los primeros registros de su existencia fechados en 1722, cuando Ciriaco Jerónimo Abendaño, un devoto de la zona de Almogía, solicitó al Cabildo catedralicio permiso para edificar un pequeño templo de madera en su viñedo, donde se pudiera celebrar misa. Inicialmente, la ermita contaba con una única nave, pero con el tiempo se fue ampliando hasta las tres actuales, una por cada municipio que se identifica con este lugar.
A lo largo de los siglos, la ermita ha sido objeto de numerosas restauraciones. En una de ellas, llevada a cabo en 1943, se descubrieron restos humanos durante unas excavaciones, lo que confirmó que en sus inmediaciones se realizaban enterramientos, especialmente de niños, aumentando así el respeto y el misticismo que rodea a la ermita. Tras este hallazgo, la capilla fue restaurada gracias al esfuerzo comunitario de los vecinos, quienes donaban alimentos o jornadas de trabajo, lo que demostró el profundo fervor religioso de la comunidad.
La Ermita de las Tres Cruces es más que un edificio religioso; es un símbolo de unión y convivencia que representa a los pueblos de Almogía, Álora y Cártama, así como la influencia de Pizarra en la celebración de sus fiestas. Cada visita a esta ermita permite al visitante adentrarse en la historia y el folclore malagueños, participando en un legado que, aunque ha cambiado con el tiempo, sigue vivo en el corazón de los malagueños.
Las Cruces de Mayo
La ermita se convierte en protagonista cada mes de mayo, durante la celebración de las Cruces de Mayo, una fiesta tradicional que reúne a procesiones de los municipios vecinos: Almogía, Álora, Cártama y, en ocasiones, Pizarra. Durante este evento, cada pueblo lleva su propio altar y realizan ofrendas y actos religiosos que fortalecen la unión simbólica de estos municipios en torno a este lugar tan especial.
Además, el interior de la ermita se adapta a la particular tradición de compartir el espacio: cada municipio tiene su propio altar, lo que simboliza el vínculo común y a la vez la identidad única de cada pueblo. Durante la celebración, los habitantes de los municipios se congregan para rendir homenaje a sus tradiciones y renovar sus vínculos culturales y sociales, en una festividad que ha perdurado a lo largo del tiempo y sigue siendo una de las manifestaciones más entrañables de la provincia.
El Festival de Verdiales de la Ermita de las Tres Cruces
Aparte de las celebraciones de mayo, el primer domingo de cada mayo tiene lugar el Festival de Verdiales de la Ermita de las Tres Cruces, uno de los eventos más esperados de la cultura verdialera en Málaga. Con la participación de pandas de verdiales de toda la comarca, se realiza una fiesta popular donde los asistentes pueden disfrutar de las actuaciones tradicionales de baile y música autóctona, así como de una degustación de productos típicos y del vino de la zona. La fiesta, declarada de Interés Turístico Nacional de Andalucía, no solo busca mantener viva la tradición de los verdiales, sino también fomentar su enseñanza y difusión, siendo una de las manifestaciones culturales más destacadas de la provincia.
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