El nuevo 'Wine Bar' que está encandilando a todo el que lo visita en Málaga: Agrado

Muy cerquita del Hospital Civil, en la barriada de la Trinidad (Av. Doctor Gálvez Ginachero, 5), se encuentra una de las últimas aperturas de Málaga capital, un concepto fresco, escaso en la ciudad, que apunta a ser la ubicación de muchas noches entre amigos, vinos y "platillos para compartir", como ellos mismos señalan. Hablamos de Agrado Wine Bar, el pequeño, coqueto y natural bar que han abierto hace unas pocas semanas Gabriele e Ismael, un italiano y un malagueño que tras dedicarse a la moda durante años en Madrid, han decidido abrir este negocio, algo que "nos entusiasmara", que llevan tiempo planificando y que tenían claro.

Así nace Agrado, un bar donde los vinos naturales son los protagonistas, una selección de las bodegas que trabajan con este concepto de vinos que se elaboran con la mínima intervención, ajeno a sulfitos, químicos o azúcares añadidos, que apuestan por una agricultura ecológica. Con multitud de referencias del norte de España, especialmente Cataluña, y algunas de Sanlúcar de Barrameda o la Alpujarra.

"Nosotros vivíamos en Madrid, estuvimos casi diez años en la capital. Ahora nos acabamos de mudar", cuentan Gabriele, natural de Sicilia, e Ismael, malagueño de nacimiento, que reconocen que este "proyecto podría estar perfectamente en Madrid, pero lo pensamos para Málaga". Y es que Agrado, para aquellos que han frecuentado bares de este estilo en Madrid, bebe de ese concepto, a nivel estético y también en cuanto a su propuesta gastro: "No hay muchos sitios así en Málaga, hemos jugado con eso, con conceptos de bares que nos gustan mucho de Madrid, Barcelona, Estocolmo, París... de lugares a los que íbamos y viajábamos, cosas que nos gustaban". Las experiencias de este pareja italoespañola han sido las que han dado forma a Agrado, que cansados del ritmo frenético de su anterior trabajo, apuesta por este giro radical a su vida, tanto personal como laboral: "La estética, bebe de muchos sitios".

Los vinos naturales marcan la propuesta de Agrado, con botellas y copas que acompañan a una carta corta y simple, donde el producto brilla por su esencia. Gabriele e Ismael reconocen que no son cocineros, ya que su carta está inspirada en "un picoteo en casa con amigos, una de esas reuniones que tanto nos gusta hacer, al llegar el sábado después de una semana loca, le hemos puesto todo el cariño que se le pone cuando cocinas para las personas que más te importan". Su carta es producto, en su gran mayoría de cercanía, platos que también ha sido inspirado por sus viajes o por su tierra, como los guiños a Italia de Gabriele.

"La idea era darle importancia al producto, conscientes de él, tanto del vino como de la comida. Darle el valor al trabajo que hay detrás", señalan sobre la carta de Agrado. "Los pepinos en salmuera es algo que comía en Estocolmo", relatan, además de mencionar algunos de sus productores, como Felisa Gourmet, una conservera de Cádiz de donde obtienen sus conservas y el pescado. La verdura es de kilómetro cero, del mercado. El pan, por ejemplo, es de masa madre, que recogen a diario en Ilustre, una panadería de la Trinidad, a la que también han encargado durante la Semana Santa sus torrijas, adornándola con los helados de Canela en Rama, una heladería de Torremolinos. Sus encurtidos y aceitunas, de Álora. El Lomo de Orza lo trabaja un familiar de la pareja, de Villanueva de Tapia... Su tosta con mantequilla ahumada y anchoa hace malabares en el paladar, también sus gildas, donde no dejan duda sobre el buen producto que practican ya sea el boquerón o la sarina, así como su brioche de pastrami con ensalada de col, el salmón marinado o el pepino en salmuera con smetana y miel, todo un acierto.

Agrado se encuentra en el barrio de la Trinidad, en avenida Doctor Gálvez Ginachero, 5, y cierran domingos y lunes. Su horario durante la semana es de martes a jueves de 19:00 a 0:00, viernes de 19:00 a 1:00 y sábados en horario partido de 13:00 a 16:00 y de 20:00 a 1:00 horas. El local es pequeñito, con unas cinco o seis mesas que, bajo reservas, están disponibles, también disponen de una pequeña barra donde son todos bienvenidos. Luz cálida, buen ambiente y mejor vino.