La celebración del 25 aniversario de la puesta en funcionamiento de la primera línea de alta velocidad ferroviaria en España, la que unió en 1992 Sevilla con Madrid, ha permitido poner en valor el efecto transformador que viene suponiendo esta infraestructura para todo el territorio que se beneficia de ella. Un informe elaborado por Analistas Económicos de Unicaja subraya este hecho, al punto de incidir en que está directamente relacionada con la creación de unos 125.000 puestos de trabajo en Andalucía, así como a la mejora del Producto Interior Bruto y su crecimiento con una tasa media anual del 2,1%.

Aunque la llegada a Málaga de este medio de transporte no tuvo lugar hasta 15 años después de que lo hiciese a Sevilla, el efecto dinamizador de ese primer AVE se dejó sentir. Resulta imposible entender lo que hoy es Andalucía y Málaga sin analizar la repercusión de tren de altas prestaciones. En el caso de la provincia malagueña, tal y como revelan los datos de Renfe, hay un antes y un después de que el 23 de diciembre de 2007 llegase a la estación María Zambrano el primero de los trenes capaz de unir la Costa del Sol con el centro de la meseta en 2 horas y 20 minutos (frente a las 7 horas del tren diurno y las 10 horas de los servicios nocturnos anteriores a 1992).

Y este hito histórico tuvo un impacto evidente en la manera en que los ciudadanos se acercaban al ferrocarril. Desde mayo de 1992 hasta finales del pasado año, Renfe cifra en 35,4 millones de pasajeros que utilizaron el tren de media y larga distancia en la provincia de Málaga. De este global, casi 24 millones (el 67%) se concentran en los años de funcionamiento de la alta velocidad, con una media de 2,6 millones de viajeros al año. La cifra multiplica por más de tres los 760.000 que se subían en los trenes Talgo 200 en los quince años anteriores a la inauguración del AVE. Según las estadísticas de Renfe, en el 92, con la nueva vía de alta velocidad abierta entre Córdoba y Madrid, los Talgo fueron utilizados por 165.000 personas; la cifra creció a 330.000 al año siguiente. El año pasado todos los servicios de alta velocidad de los que dispone Málaga movieron a cuatro millones de pasajeros.

La información aportada por la compañía ferroviaria sitúa la conexión con Madrid como el itinerario más potente, acaparando 29,5 millones de usuarios (18 millones en trenes de alta velocidad) de un total de 35,4 millones. Otros 3,9 millones se corresponden a las conexiones entre Málaga y Barcelona y Valencia (la primera de ellas entró en servicio en 2009 y la segunda a finales de 2010). Y otros 2 millones de viajeros utilizaron los trenes Avant entre Málaga, Córdoba y Sevilla. De acuerdo con el informe de Unicaja, Málaga's de todas las provincia andaluzas beneficiadas por esta infraestructura la que mayor crecimiento demográfico ha tenido. Desde 1990 su población se ha disparado un 43,5%, lo que supone casi medio millón de habitantes más. Las subidas en Sevilla y Córdoba están muy lejos, con un 20,7% y un 5,4%, respectivamente.

Pero uno de los efectos más significativos de la llegada del AVE a la provincia es el cambio producido en la elección del medio de transporte para desplazarse en la media distancia. Si hasta la llegada del tren de altas prestaciones era el avión el que acaparaba la mayor parte de los trayectos entre la Costa del Sol y Madrid, con la irrupción de la alta velocidad las proporciones cambian. Hoy el ferrocarril representa casi el 86% de esta relación, frente a apenas el 14% del avión. Los análisis técnicos realizados ponen de relieve que el AVE se empezó a alimentar desde su inicio principalmente del avión, del que desvió un 45% de sus usuarios tradicionales. A ello hubo que sumar una asunción del 12% de conductores, el 26% del tren que funcionaba hasta ese entonces, el Talgo, mientras que contribuyó a generar un 15% más de nuevos pasajeros que vieron en este ferrocarril un aliciente para empezar a moverse.