La Junta de Andalucía dio ayer luz verde a la pesca de chirla entre el puerto de Málaga y río Vélez, después de que los análisis de toxinas mostraran el segundo negativo. Así, además de para la captura de dicha especie, este caladero -el de la zona 308- permanece abierto de forma parcial también para conchas finas.

En la última semana la Delegación de Agricultura y Pesca ha procedido a la reapertura de varios de los caladeros de moluscos bivalvos que estaban cerrados desde el pasado 26 de julio por la presencia de elevados niveles de toxinas PSP y DSP. La zona con mejores perspectivas es la más occidental del litoral malagueño, entre Estepona y San Pedro Alcántara (Marbella), donde se puede pescar chirlas, conchas finas y búsanos.

Esto está permitiendo que poco a poco la normalidad vuelva al sector marisquero de la provincia, si bien se trata de aperturas parciales que no incluyen a todas las especies -por ejemplo, se mantiene la prohibición para la coquina en todo el litoral-. Además, los niveles de toxinas aún son elevados en la mayoría de los caladeros de marisco, seis de los nueve sectores permanecen cerrados.

El sector malagueño sigue a la espera de que la administración autonómica le convoque a una reunión con la Consejería de Agricultura y Pesca, a la que reclaman que se declare la "zona catastrófica" y se concedan ayudas extraordinarias para compensar las pérdidas económicas sufridas durante el verano que los pescadores cifran en unos 600.000 euros.