Afectados de bebés robados pedirán al fiscal jefe parar la obra en San Rafael
Dicen que los restos no fueron totalmente exhumados y temen que se pierdan para la investigación al hacer un parque encima
Familiares afectados por el supuesto robo de bebés en Málaga entre los años 50 y 80 se reunirán este viernes con el fiscal jefe de Málaga, Juan Carlos López Caballero, para pedirle que se paralicen los trabajos de construcción de una pirámide de homenaje a los caídos durante la Guerra Civil en el cementerio de San Rafael y la urbanización del terreno para la realización de un parque. Estos familiares aseguran que los supuestos restos de los bebés fallecidos aún pueden estar allí y, por tanto, reclaman que no se construya nada encima hasta que la Fiscalía no ordene la exhumación y se compruebe si realmente están o no en el lugar.
Rubén Secilla, miembro de la Asociación de Bebés Robados de Andalucía (Aberoa), explica que su hermana falleció, supuestamente, en 1974 en el hospital Carlos Haya de Málaga. "Mis padres no vieron nada. Solo les pidieron 5.000 pesetas para el entierro y les dijeron que se la llevaban a San Rafael. En la partida de defunción viene un número de parcela pero no dónde estaba exactamente el cuerpo. Cuando se trasladaron todos los restos a San Gabriel (Parcemasa) no nos dijeron nada y cuando pregunté en Parcemasa por el expediente de traslado se negaron a concedérmelo", señala.
Secilla añade que hay afectados que sí vieron donde enterraron a sus supuestos hijos y a los que tampoco informaron sobre si habían trasladado o no los restos, de forma que pedirán al juez que se investigue la zona para comprobarlo. Este afectado ha analizado las estadísticas de inhumaciones de San Rafael y, solo en 1974, hubo más de 600 enterramientos de bebés. "Es muy raro teniendo en cuenta la mortalidad infantil que había en esa época. Además, en el libro de inhumaciones hay erratas y cosas raras", subraya.
Francisco Espinosa es presidente honorario de la Asociación contra el Silencio y el Olvido y uno de los principales impulsores de las exhumaciones de víctimas de la Guerra Civil para recuperar la memoria histórica y permitir darle una sepultura digna a los casi 3.000 fusilados que se encontraron en fosas comunes. Se conoce casi al dedillo la historia de San Rafael y señala que es posible que quede algún resto de bebé -si es que realmente los hubo-, aunque cree que será "muy difícil" encontrarlos.
Espinosa recuerda que este cementerio se cerró en 1987 y que, según la Ley, no se podía actuar allí hasta que pasaran diez años. En 2002 ya había pasado ese plazo y el Ayuntamiento inició el traslado de restos a la actual Parcemasa. "La ley dice que hay que trasladar las tumbas que estuvieran a perpetuidad [abonadas para siempre]. En el resto, el Ayuntamiento hizo una limpieza superficial y todo lo que encontró se lo llevó a San Gabriel. Luego inició un proceso de allanamiento del terreno echando escombro y tierra vegetal para hacer un futuro parque", afirma. En este sentido, teniendo en cuenta que el cementerio es ya "un erial" y todos los movimientos de tierra que se han realizado en los últimos años, "creo que ya es imposible hallar los restos de los bebés porque las fosas de los niños no solían ser profundas".
Este experto, quien incluso piensa que también podría haber sido víctima del robo de bebés por una experiencia personal, hace hincapié en que se pone "a disposición del fiscal para todo lo que haga falta".
El actual gerente de Parcemasa, Federico Souvirón, no estuvo presente en el traslado de restos en 1987 pero afirma, por los comentarios que le han hecho al respecto, que "el procedimiento de traslado se hizo bien", si bien reconoce que "los métodos de aquella época no son los actuales".
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