Málaga

Alertan que uno de cada cinco adultos sufrió abusos en su infancia

  • Un estudio de la UMA revela que el 27,5% reconoce haber sido víctima de este delito

Presentación de los resultados del estudio.

Presentación de los resultados del estudio.

Tres investigadoras de la Universidad de Málaga (UMA) han publicado Prevalencia del abuso sexual infantil en España: un estudio con muestra representativa, que pone de manifiesto que solo el 27,5% de los encuestados que señalan haber sufrido abuso, confirman haberlo hecho público cuando eran menores.

El 41,5% de los encuestados afirma haber experimentado al menos uno de los diez tipos de abuso evaluados. Esto implica que dos de cada cinco personas adultas españolas han sido víctimas de alguna forma de abuso sexual durante su infancia, superando la estimación del Consejo Europeo de uno de cada cinco.

La investigación recoge las experiencias de abuso sexual vividas en la infancia por más de un millar de españoles adultos –de acuerdo a una muestra representativa de la población española en cuanto a edad, sexo y zona geográfica–, evidenciando el silencio que rodea a este tipo de agresión, informaron este viernes desde la UMA.

Este análisis, desarrollado en el marco del proyecto de I+D+i ‘Evaluación y prevención del abuso sexual Infantil en la población española’ y financiado por fondos Feder, acaba de ser publicado en la revista científica ‘Journal of Interpersonal Violence’.

Los resultados de la investigación reflejan el silencio que rodea a este tipo de agresión

A partir de este trabajo se han identificado diez tipos de experiencias de abuso sexual durante la infancia, tanto de contacto como sin contacto físico con el perpetrador. En primer lugar se encuentra haber sufrido un rozamiento intencionado con los genitales de otra persona, seguido de haber sido manoseado, haber sufrido tocamientos en las partes íntimas, que otra persona haya solicitado que le toque sus partes íntimas, y haber sido besado.

Otros tipos de experiencias son que otra persona les haya enseñado sus partes íntimas intencionalmente, haber sido solicitado que le enseñe las propias partes íntimas, haber sido forzado a mantener un acto sexual con penetración, haber sido solicitado material sexual en fotos o vídeo o bien haber sido fotografiado o grabado directamente y, por último, que alguien le haya enseñado material pornográfico.

Para ser tenidas en cuenta en el estudio, todas estas experiencias tenían que darse antes de los 18 años de edad de forma inapropiada, es decir, sin que formara parte de un juego con otros menores en igualdad de condiciones, y tenían que haber sido con alguien mayor o superior en fuerza, desarrollo, posición o autoridad.

“Después de muchos años sin datos representativos publicados en nuestro país, gracias a este estudio hemos podido conocer la prevalencia de estas experiencias, con resultados alarmantes”, señaló su autora principal, la investigadora del departamento de Psicobiología y Metodología de las Ciencias del Comportamiento, Marta Ferragut, que ha elaborado este proyecto junto a las profesoras de la UMA, María José Blanca y Margarita Ortiz-Tallo.

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