Amor, muerte y poesía en el cementerio de San Miguel

Con la noche cerrada en el Cementerio Municipal de San Miguel, un cortejo fúnebre avanza hacia la capilla central del camposanto. Cuatro frailes cartujos portan un ataúd sin tapa, donde envuelto yace el cuerpo inerte de una de las leyendas de la literatura española: Don Juan Tenorio.

La empresa Eventos con Historia reabrió durante el fin de semana las puertas del espacio de descanso eterno para recuperar algunos de los pasajes más conocidos de la obra de José de Zorrilla. Estampas del Tenorio sacó a relucir durante dos noches la esencia del libro gracias a siete escenas donde los personajes mostraban el drama del amor imposible que se impone a la religión, la vida y la muerte haciéndose eterno en las figuras de Don Juan y Doña Inés.

Los visitantes pudieron formar parte del cortejo del protagonista, quien salía a su encuentro por entre los lúgubres nichos de mármol. Unos metros más allá del panteón de la familia Heredia se desarrolla el resto de la interpretación, magistralmente resuelta entre los más de veinte actores participantes.

La representación, hecha por completo en verso, se unió con el aspecto tenebroso del camposanto y la alegría de la danza y los idilios amorosos de Don Juan y Luis Mejías, quienes a golpe de espada lucharon hasta que la muerte llegó al segundo de ellos en una estocada certera.

El vestuario, los ambientes, la música en directo, la danza y el galanteo de otros tiempos se dieron la mano entre los cipreses que, por primera vez en la historia de la ciudad, contemplaban entre lápidas la representación de una obra que se ajusta al mes de los difuntos y que tiene fines sociales.

Y al final de la obra, con las reflexiones entre las manos de los asistentes, el sincero aplauso de un público satisfecho que demandó más representaciones donde conocer los recónditos aspectos de la historia de la ciudad y la literatura española.