'Ángeles' que velan por los que no tienen ni para comer

Solidaridad La iniciativa funciona desde enero en Málaga

Unas 400 personas acuden diariamente a por un bocadillo que preparan voluntarios

Voluntarios preparan los bocadillos que después dan a los más necesitados.
Voluntarios preparan los bocadillos que después dan a los más necesitados.
Raquel Garrido / Málaga

05 de diciembre 2009 - 01:00

Saben que probablemente será lo único que se puedan llevar a la boca al cabo del día y desde primera hora de la tarde empiezan a hacer cola para no perder la vez. Dos bocadillos, dos yogures, un par de magdalenas y un café o un vaso de leche caliente es la cena que unas 400 personas pueden degustar diariamente gracias a la ONG Ángeles de la Noche, que más bien parecen los ángeles de la guarda de a los que parece que la vida les ha vuelto la espalda y que han perdido la esperanza de encontrar una salida.

No sólo indigentes, toxicómanos e inmigrantes sin papeles suelen demandar esta ayuda como caída del cielo. La pequeña caseta que esta asociación tiene ubicada de forma permanente junto al río Guadalmedina cada vez es más frecuentada por los que la crisis y el paro les ha dejado sin otra alternativa. Francisco Santamaría tiene 50 años y es un ejemplo de los nuevos pobres que ha dejado tras de sí una crisis económica que no parece tener fin. No le resulta grato acudir casi a diario a hacer cola para poder llevar algo para cenar a su casa, donde le esperan sus dos hijos pequeños y su mujer que está en una silla de ruedas. Pero no le queda más remedio.

"Me preocupa la situación de mi familia", cuenta mientras esperaba su turno para recibir de manos de los voluntarios de la ONG la cena de anoche, porque "a veces me las veo y me las deseo para que poder llevar algo a mi casa". Y es que con lo poco que gana vendiendo en el rastro lo que recoge de la calle y lo puede aprovechar. No mucho mejor es la situación de María (nombre ficticio) que hace sólo 36 días que llegó a España. Duerme donde puede y sin trabajo ni recursos económicos, esta cena es su única manera de subsistir.

Pero como la suya, hay muchas historias que se esconden detrás de los que cada día acuden en busca de uno de los bocadillos que los voluntarios de esta asociación preparan con lo que el banco de alimentos Bancosol y la gente solidaria les da para poder llevar a cabo esta encomiable labor. Nunca dinero, sólo se admite acomida. "No se cómo lo hacemos pero aunque parezca que no vamos a llegar, al final todos los días conseguimos que los que se acercan por aquí se vayan con su cena", aseguró Antonio Meléndez, el coordinador de la ONG, que tiene como filosofía el dar.

Sin las cerca de cuarenta personas que participan de forma voluntaria en esta idea, que nació en enero de este año, sería casi imposible. Son como una gran familia en la que cada uno tiene muy claro cuál es su labor. Unos van a por el pan sobrante que les da una panadería, otros preparan con lo que lo harán y cuando la cadena está engrasada ya es un no parar. Todos los días a las 17:30 empiezan a prepararlos. Ana Arenas, una de las voluntarias, explicó que hacen mil diarios de la más diversa variedad, incluso "hacemos algunos sin cerdo específicamente para los musulmanes que vienen". Hasta para los más mayores con problemas de dentadura tienen un pan especial más blando para que lo puedan masticar.

Sobre las 19:30 ya está todo listo para que comience el reparto entre las decenas de personas que suelen agolparse en la cola a esa hora. A nadie se le pregunta ni cómo se llama ni de dónde es ni por qué acude allí. "Bastante tienen ya con verse en esta situación", dijo otro de los voluntarios.

Cuando todos han saciado su estómago, llega la hora del café o la leche caliente que en estas fechas en las que empieza a bajar las temperaturas es un bálsamo para los que no tienen ni dónde ir a dormir. La mayoría, cuentan entre bromas, que viven en el hotel con más estrellas de la ciudad: la calle.

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