Antonio Díez de los Ríos... El rector que hizo crecer a la Universidad
¿Qué paso con?
Rector entre los años 1994 y 2004, fue el artífice de la ampliación de Teatinos
Hoy continúa con la investigación y la docencia desde la Facultad de Medicina
Antonio Díez de los Ríos compagina en la actualidad su labor investigadora con la docencia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga desde uno de los despachos del Centro de Investigaciones Médicas y Sanitarias, Cime, donde se hizo un hueco cuando cesó su actividad pública como rector de la Universidad de Málaga. "Soy como un jarrón chino, muy valioso, pero al que no saben dónde poner", dice con sorna este doctor en Física al que se atribuye buena parte del mérito del crecimiento de la universidad malagueña tal y como hoy la conocemos.
Díez de los Ríos llegó a la máxima responsabilidad universitaria tras la crisis que siguió a los fastos del año 1992, que dejó a muchos sectores, entre ellos la educación, sin inversiones. "Los tiempos de crisis son buenos para el cambio", dice quien llegó a aquella responsabilidad a finales de 1994 tras capitalizar el descontento reinante de la comunidad universitaria por la falta de dinero.
Una de las primeras medidas de este investigador metido a gestor público se le planteó nada más iniciarse en el cargo, cuando 3.000 estudiantes universitarios se quedaron sin poder entrar y apostó por aumentar el número de plazas. Su decisión llevó de forma inevitable al crecimiento de la UMA y a la firma con el Ayuntamiento de la ampliación del campus de Teatinos. Con Díez de los Ríos se amplió también un 33% el número de profesores y aumentaron las titulaciones.
"Nosotros luchábamos por el empleo", asegura el ex rector, en el sentido de que siempre ha creído que los estudios universitarios aportan más oportunidades en el mundo laboral. "Igual los que se han formado y han podido ir a la Universidad tienen más posibilidades de empleo, no sé si es una relación causa-efecto o una asociación", dice quien augura también hoy tiempos de cambio al asegurar que la actual crisis económica "está por resolver".
Díez de los Ríos es de formación científica, doctor en Biofísica e investigador desde los tiempos de profesor asociado, cuando la Facultad de Medicina se encontraba en los sótanos del Hospital Civil. El ex decano de la Facultad Salvador González Barón, cuando concedieron a Díez de los Ríos la medalla de oro de la Universidad, glosó la figura de un universitario culto e inquieto, amante de las artes y de amplia formación humanística que llegó a decir después de horas de ensayos: "Si un experimento sale bien a la primera, o está mal hecho o ya lo han realizado antes".
Hoy Díez de los Ríos mira con esperanza el futuro de las universidades y responde que la de Málaga tiene un privilegio, el de no contar con una tradición que asfixie su crecimiento y el de estar en una ciudad "que no es capital de nada". El modelo actual, asegura, es el de una Universidad "de gran calidad, como todas las españolas, que funciona adecuadamente" y de la que los estudiantes salen "bien preparados para lo que les exige la sociedad".
No se resiste a comparar la situación de los estudios universitarios en nuestro país con los de Estados Unidos -en cuya universidad de Indianápolis trabajó un año con una beca postdoctoral - y Reino Unido. En estos países están las mejores instituciones académicas según los rankings de nivel, gracia a la doble plantilla de profesores, que permite multiplicar los trabajos científicos, y a que los estudiantes pagan altas matrículas que luego devuelven una vez dentro del mundo laboral. "No podemos tener la mejor universidad del mundo porque no lo es, está en el contexto que le piden y con el dinero que le dan", asegura.
En la gestión de la universidad malagueña Díez de los Ríos echa en falta una mayor presencia de las facultades de letras en la gestión del día a día. De hecho, casi todos los rectores y equipos directivos de la Universidad de Málaga en su historia proceden de facultades científicas. "Esa es una enfermedad que tenemos, porque la Universidad es más amplia que las ciencias y no debemos alejarnos del mundo real".
También echa en falta un mayor ambiente de investigación y lo dice desde el edificio del Centro de Investigación Médico Sanitarias (CIME), que él mismo creó durante su etapa de rector, y en el que un grupo de investigación médica trabaja con una máquina ciclotrón que se emplea para hacer radio fármacos y pruebas de diagnóstico mediante el uso de la medicina nuclear.
Díez de los Ríos está hoy mucho más tranquilo en el despacho de este edificio donde se dedica a estudiar y a preparar a los futuros médicos en radio física hospitalaria. Asegura que aunque ha cumplido los 65 años no piensa retirarse. Hace tiempo, dice, dirigió una tesis "de impacto". La suya fue la segunda leída en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Málaga.
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