Art Natura Málaga, claves de un fracaso

Los tribunales rechazan la pretensión del Ayuntamiento de recuperar los 6,3 millones abonados al promotor del Museo de las Gemas y le obligan a tener que pagar otros 1,8 millones

Pabellón de Tabacalera que fue adaptado para acoger el Museo de las Gemas.
Pabellón de Tabacalera que fue adaptado para acoger el Museo de las Gemas.
Sebastián Sánchez

09 de febrero 2020 - 06:45

Málaga/No todos son rosas en la Málaga cultural de Francisco de la Torre. Hay también malas hierbas que lejos de extirpar de raíz, el veterano regidor alimentó. Plantas que con el tiempo sacaron espinas que han hecho sangrar las arcas municipales. El Museo de las Gemas o Art Natura, según se quiera, es la constatación misma de que la gestión del mandatario local, en el cargo desde hace dos décadas, tiene claroscuros, fracasos que se sitúan en el envés del Pompidou, del Thyssen o del Ruso, capaces de potenciar la imagen internacional de la ciudad. Antes de todos ellos, estuvo Royal Collections.

El fiasco del museo que abrió poco más de dos horas para después cerrar, el borrón de una iniciativa que De la Torre compró sin la más mínima exigencia, dejándose llevar por "la buena fe". Una buena fe que con el transcurrir de los años le va ha costado ya al Ayuntamiento 6,3 millones (incluido IVA) por el canon abonado en los años 2007, 2008, 2009 y 2010, cuantía a la que agregar (de mantenerse la sentencia judicial ahora conocida) otros 1,8 millones más por 2011 y el primer trimestre de 2012.

El fallo de la sala de lo contencioso-administrativo 1 confirma lo que era evidente: no hubo uno solo responsable en la caída en desgracia de una iniciativa abanderada por el alcalde. La herida económica a la ciudad es mucho mayor. Porque a los gastos ya señalados hay que añadir la incidencia de las obras de adecuación de Tabacalera para el uso preciso de Art Natura. Una obra que en su globalidad iba a rondar los 20 millones, pero que tras varias variaciones se incremento en unos seis o siete millones.

Adujo el regidor, no sin razón, que parte de aquella intervención material fue aprovechada a posteriori para la llegada del Museo Ruso. Puede al menos el mandatario presumir de que el mismo juzgado le libera de indemnizar a sus antiguos socios con los 4,8 millones reclamados por "daños y perjuicios". El punto fijado por la justicia en este conflicto, ya se verá si final, obliga a reflexionar sobre todo cuando aconteció en aquellos años. Aquí algunas claves del fiasco final.

Todo empieza en los cimientos

En la misma medida que un edificio se sustenta sobre cimientos sólidos, la debilidad de los mismos acaba provocando fisuras en la estructura. Por eso hay que remontarse a 2002, mucho antes de la firma del convenio de Art Natura, para entender el principio de los males del Museo de las Gemas. Aquel año, el ya alcalde, Francisco de la Torre, sentó las bases del acuerdo para que la propiedad de Tabacalera pasase a manos del la ciudad. A cambio de dar 42.500 metros cuadrados de techo edificatorio a Altadis, que transformó en 67 millones de euros, recibió las llaves de la vieja fábrica.

Pero lo hizo con una anomalía invisible, que no fue descubierta por el Ayuntamiento hasta que el proyecto de Art Natura estaba en marcha. Fue en ese momento cuando se hizo presente el vicio oculto que presentaban las instalaciones, que contaban con una cimentación "tan somera y liviana" que estaban "funcionando en una situación límite". "Una patología oculta en la cimentación", reconocieron los técnicos municipales años más tarde. Y su subsanación acabó suponiendo un incremento en la inversión inicialmente prevista de 5 millones de euros y una demora en el proyecto.

Francisco de la Torre junto a Fulgencio Alcaraz, en una imagen de archivo.
Francisco de la Torre junto a Fulgencio Alcaraz, en una imagen de archivo.

De las dudas en Valencia a la "buena fe" de Málaga

Antes de Málaga, el proyecto museístico de Royal Collections, con una importante colección de gemas como atractivo principal, tuvo parada durante cinco años en Valencia. En concreto, en la Ciudad de las Ciencias y las Artes. A finales de 2005 se anunció la marcha de la urbe levantina. El adiós estuvo marcado por la polémica, porque se produjo por la negativa final de la institución municipal a permitir la ejecución de un museo a la entidad privada. Cerrada esta puerta se abrió la de la capital de la Costa del Sol. Se dice que con el papel clave de quien fuera secretario de Estado de Cultura Miguel Ángel Cortés. Al él apuntó de manera directa el alcalde como responsable de que le llegase a Málaga el proyecto. Tiempo después se conocieron varias facturas de pagos a Cortés por 33.000 euros.

Un contrato sin garantía alguna

Uno de los borrones más significativos en la gestión que De la Torre hizo de este asunto es que asumió la firma del contrato con Royal Collections en 2006 sin exigir aval alguno, lo que le hubiese permitido a la ciudad recuperar al menos parcialmente el dinero abonado en concepto de canon. El pliego que sirvió de base era explícito: "el adjudicatario queda dispensado de constituir la garantía definitiva", justificándose tal elusión en "las especiales características que concurren en el objeto de este contrato". Este periódico informó de ello en diciembre de 2011. Más de seis años después, en su declaración ante la comisión de investigación, el alcalde se defendió, asegurando que los informes de legalidad recomendaban ese proceder para que el Ayuntamiento no tuviese que garantizar rentabilidad alguna a la empresa.

Demora en la obra

El acuerdo con Royal Collections fue rubricado a finales de 2006, con la previsión de que abriese sus puertas en enero de 2008. Desde ese momento hubo que esperar casi dos años para que arrancasen los trabajos de adecuación de los pabellones de Tabacalera que se reservaron para este equipamiento. Empezaron cuando, a priori, tendría que haber estado listo para su apertura.

Nadie vio la colección completa

Otra de los descubrimientos que sacó a la luz la comisión de investigación del pasado mandato fue que nadie del equipo de gobierno vio la totalidad de la colección de gemas, piedras preciosas y tapices, entre otros objetos, por el que se comprometía a abonar 1,2 millones en concepto de canon. De esta suma, 700.000 euros eran por la puesta a disposición de todas las colecciones.

El efecto electoral

El que fuera vicepresidente de Royal Collections, Fulgencio Alcaraz, aprovechó su intervención en la comisión municipal para lanzar una andanada a los intereses de PP en el proyecto. "Se nos utilizó para sus campañas, sabiendo que no cumplirían", sostuvo, admitiendo la existencia de campañas publicitarias dirigidas que tuvieron repercusiones en diversos comicios. La preocupación que el retraso del museo generaba en el Ejecutivo local era evidente en aquellos años. Las palabras de quien era en 2011 el concejal de Cultura Miguel Briones lo ponían de manifiesto. Ante la necesidad de comunicar la "cancelación" de la oferta de empleo que previamente se había activado, advirtió de las consecuencias: "era cabrear no a 140 personas, sino además a sus mujeres, maridos, hijos, padres... a media Málaga y eso hacía un daño". El PSOE llegó a denunciar que parte del dinero pagado a Royal Collections acababa usándose para costear actividades de asociaciones y peñas.

Las fisuras, desde 2009

La relación de documentación conocida a lo largo de estos años constata, como indicó quien era jefe de Alcaldía del Ayuntamiento, Javier Ferrer, que ya en 2009 las dudas del regidor sobre el proyecto eran evidentes. En este sentido, hubo un encuentro al que asistió, junto al ex secretario de Estado de Cultura, el alcalde y Alcaraz en el que el regidor habló de la posibilidad de reducir de 20.000 a 4.000 metros la superficie del museo. La empresa rechazó tal pretensión.

Agentes de la Policía Local tras decretar el cierre de Art Natura dos horas después de su apertura.
Agentes de la Policía Local tras decretar el cierre de Art Natura dos horas después de su apertura.

Apertura y cierre

El 18 de enero de 2012, tras el ultimátum lanzado por el Ayuntamiento, Royal Collections abrió las puertas de Art Natura. La forzada inauguración apenas duró dos horas, hasta que agentes de la Policía Local y de Bomberos obligaron a cerrar al carecer las instalaciones de las autorizaciones e informes necesarios. Apenas dos días después, el Ayuntamiento puso en marcha el procedimiento para rescindir el contrato. El conflicto con los que fueran socios acabó en la vía judicial. Desde entonces, el Ayuntamiento ha tratado sin éxito de recuperar el dinero que fue abonado en concepto de canon y que ascendió a 6,3 millones (IVA incluido). El fallo más reciente, que puede ser recurrido por el Consistorio, avala incluso la pretensión de la empresa privada de recibir otros 1,8 millones.

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