La ciencia y el arte se fusionan en el Museo Carmen Thyssen de Málaga con el objetivo de ayudar a diez personas diagnosticadas de trastorno mental grave para que vivan de forma independiente.

En colaboración con el Hospital Regional, esta actividad, primera que se lleva a cabo dentro del proyecto Correspondencias, se realiza en doce sesiones y utiliza obras de arte como herramienta terapéutica dentro del proceso de rehabilitación de estos pacientes.

Con esta iniciativa se pretende que aspectos como el yo, el grupo, el cuerpo o el entorno se trabajen a través de las obras de arte y así estimular la integración, la confianza o la socialización.

Cada sesión que los enfermos lleven a cabo tendrá una duración de dos horas y se inicia con la puesta en común y análisis de tareas en el espacio educativo del museo.

A continuación, se realiza la visita dialogada a través del museo en el que se contemplan las diferentes obras y, por último, tienen lugar las dinámicas de grupo y sesiones de trabajo. Este grupo de diez personas cuenta además con un "libro de artista", que se entrega el primer día de actividad, y donde cada individuo debe incluir los diferentes trabajos hechos así como las piezas que van contemplando cada día; cada entrega del libro se expondrá de forma conjunta al comienzo de cada sesión.

La idea nace de la mano de Francisco Durán, enfermero especialista en Salud Mental del Hospital Regional, quien asegura que "el arte facilita ver las cosas y el museo es un medio muy útil para que las personas puedan expresar ideas, sensaciones y emociones". Un grupo de psico-educación, formado por dos educadoras del museo, una enfermera residente y un enfermero especialista en Salud Mental, será el encargado de dialogar e interactuar con los pacientes en el museo.

El proyecto tiene el objetivo único de dar una vida normalizada al ciudadano que padece este tipo de trastorno ya que, según los médicos, los problemas de salud mental convierten a las personas en humanamente vulnerables.