Málaga

Astilleros Nereo, contra viento y marea: "No procede cargarse una parte para hacer una acera"

Fachada de Astileros Nereo, en Pedregalejo.

Fachada de Astileros Nereo, en Pedregalejo. / JAVIER ALBIÑANA (Málaga)

El mar está en calma en Pedregalejo. Y no son pocos, entre turistas y locales, los que se encuentran en playas y chiringuitos incluso en el mes de octubre. A escasos metros de esa estampa se encuentra Astilleros Nereo, una de las escasas carpintería de ribera que resisten al paso del tiempo, no ya en el litoral andaluz, sino en el país. Un enclave en el que se funden dos de los elementos característicos de todas las civilizaciones mediterráneas que han existido a lo largo de la historia: la pasión por el mar y la construcción tradicional de embarcaciones. 

Esta infraestructura, sin embargo, aparte de solera y distinción, también acumula años de trámites burocráticos, permaneciendo inmersa en una situación administrativa que no llega a resolverse. Pese a ello, se muestran "esperanzados" con un futuro que les depara otro contratiempo; toda vez que la zona sur del edificio se vería afectada por los planes de reforma del paseo marítimo de Pedregalejo, así como por la construcción del parque marítimo-terrestre de los Baños del Carmen. 

La última novedad, un informe en relación con este proyecto resuelto por la Demarcación de Costas y que estaba pendiente desde marzo de 2021, es valorado "muy positivamente" desde Nereo. El documento, en resumidas cuentas, indica que en caso de que se opte por mantener el edificio en su lugar, como piden desde el astillero, debiera ser el Consistorio el que tendría que encargarse de la conexión pedestre a través de un proyecto independiente que tendría que bordear este área. También insta a decidir qué solución se le da a este edificio antes del comienzo de las obras por parte de la Junta de Andalucía. 

Al respecto, Alfonso Sánchez-Guitard, la cara más visible de Astilleros Nereo, explica que existen precedentes cercanos geográficamente hablando en lo que a dar una solución al paseo marítimo se refiere. Pone como ejemplo lo que ocurre a unos centenares de metros, a la altura del restaurante Miguelito El Cariñoso, donde "la acera da una curva". Y expone como posible solución la continuidad de lo planeado en en la Senda Litoral, es decir, la construcción de una pasarela de madera entre el muro del astillero y el propio mar, que, según indica, se señalizó en su día con unos pivotes de madera pero no se llegó a materializar nunca. 

Réplica en construcción del bergantín Galveztown. Réplica en construcción del bergantín Galveztown.

Réplica en construcción del bergantín Galveztown. / JAVIER ALBIÑANA (Málaga)

"No procede cargarse una parte del astillero para hacer una acera. Se quiere hacer una vía rectilínea, caprichosa, que hace que el viandante vaya mirando la puerta de servicio de un chiringuito para después ver una gasolinera, más cuando los paseos están saturados de terrazas y apenas quedan un metro y medio o dos para pasar; mientras que aquí es posible abrirse a 45 grados, sobre una pasarela de madera de 4 o 6 metros, y que el paseante reciba un bofetón de salitre a su paso al mismo tiempo que observa las aguas y la Catedral en la lejanía", indica. 

Astilleros Nereo, no obstante, posee documentos y certificaciones con los que plantear su completa protección, como enumera con rapidez Sánchez-Guitard, que retrocede en el tiempo hasta 2008, cuando la administración autonómica incorporó la carpintería de ribera desempeñada en este lugar en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Actividad de Interés Etnológico; más tarde, en 2016, llegaría la inclusión en el Plan Nacional de Patrimonio Industrial dependiente del Ministerio de Cultura. 

Por el camino quedan, asimismo, años de litigio en el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), un procedimiento que acabó resolviéndose 2019 en favor de Nereo, ya que el tribunal ordenó a la Consejería de Cultura actualizar la figura de protección (a diferencia de los astilleros de Coria del Río, éste sólo tiene protegida la actividad y no el edificio). La sentencia aún no se ha cumplido. 

Cabe recordar también, como explica Sánchez-Guitard, el "taponamiento" en la zona de varada que la infraestructura sufrió en 2004 a raíz de una actuación de Emasa para instalar una tubería. Desde entonces, no pueden acoger ninguna embarcación, con la correspondiente disminución en sus ingresos: "400 euros diarios desde entonces". 

Trabajos de restauración del sardinero. Trabajos de restauración del sardinero.

Trabajos de restauración del sardinero. / JAVIER ALBIÑANA (Málaga)

Aunque, al margen de las desavenencias administrativas, esta carpintería de ribera continúa realizando sus proyectos a toda máquina (desde tiempos inmemoriales, además); algo más que evidente con sólo echar una ojeada a la zona. 

Nada más entrar, en el centro de la estancia principal, salta a la vista una embarcación de considerables dimensiones para el espacio. Se trata de una réplica del bergantín Galveztown, en cuyo original se desempeñó Bernardo de Gálvez, allá por el siglo XVIII, en plena guerra de Independencia norteamericana. 

El listón queda alto, aunque rápidamente queda igualado o incluso superado. A unos pasos, en un espacio contiguo, se encuentra el armazón de un sardinal, una embarcación de vela latina tradicionalmente muy usada en Málaga para la pesca del boliche. La navegación a través de este método es, asimismo, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. 

Las instalaciones también acogen la réplica de uno de los dos barcos fenicios hallados en Mazarrón, Murcia, un proyecto que cuenta con el patrocinio de la UNESCO. Al término de los trabajos, será botado y realizará una singladura que, como es natural, contempla las aguas murcianas. 

La lista de pequeñas naves que esperan a ser restauradas o directamente construidas continúa. Tanto es así que el astillero se encuentra cerca del límite de su capacidad. Una labor que también está abierta a voluntarios a través de formación no reglada. Cualquiera que quiera probarse en la construcción naval a pequeña escala, puede aprender el oficio de manera tradicional: por 900 euros se le suministra un bote, después, la cuota mensual se reduce hasta 50 hasta que concluyan los trabajos. 

Todo esto, unido a las particularidades de los alrededores, hacen pensar a Sánchez-Guitard que la mejor forma de protección sería bajo la consideración de Zona Patrimonial que engloba, además de la actividad, elementos representativos de la evolución humana, así como bondades paisajísticas y ambientales. "Reúne todo lo necesario para que sea protegido y para dinamizar la zona: las callejuelas de Pedregalejo, un pasado de pesca artesanal, la gastronomía relacionada con esa actividad, el remo, la carpintería de ribera, nuestro propio edificio, el bosque urbano y el Balneario", concluye. 

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