Ausbanc estima que la crisis ha provocado 6.000 casos de usura
Esta asociación señala que los prestamistas están cobrando intereses de hasta el 300%
La crisis económica ha provocado que muchas familias tengan a uno o todos sus miembros en el paro y que ya no reciban ningún tipo de prestación social. Todos los meses hay que pagar la hipoteca pero se hace muy cuesta arriba cuando apenas hay ingresos y comer, por ahora, sigue siendo imprescindible. Las entidades bancarias están ejecutando miles de hipotecas y los ciudadanos, con tal de no perder su vivienda, están agarrándose a clavos ardiendo, acudiendo incluso a prestamistas. Alfredo Martínez, delegado en Málaga de la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc), denunció ayer que "los casos de usura se están disparando con la crisis económica" y estimó que en Málaga "puede haber entre 5.000 y 6.000 personas afectadas".
La mecánica es la siguiente. El ciudadano no puede pagar la hipoteca. El banco o la caja de ahorros empieza a llamarlo por teléfono para saber qué es lo que ocurre. "Lo hace los dos primeros meses y, si al tercero no ha cobrado, envía directamente un burofax en el que se reclama al cliente el importe total de la hipoteca que queda por abonar", explicó Martínez. Estas personas, lógicamente, no tienen dinero para abonar esa deuda. "La entidad financiera, a partir del tercer mes, inicia el proceso de ejecución hipotecaria aunque normalmente el piso afectado no sale a subasta hasta que pasan 10 u 11 meses", afirmó el delegado de Ausbanc. Es en ese periodo cuando "en plena desesperación" el usuario busca dinero donde sea.
La figura del prestamista se asocia siempre con comportamientos mafiosos, tal y como se observa en las películas. En el siglo XXI el proceso es algo más sofisticado, pero el resultado es el mismo. Martínez indicó que los prestamistas cobran "intereses de hasta el 200 ó el 300%".
Alguien crea una empresa de intermediación financiera y le ofrece al cliente la posibilidad de, a cambio de una comisión, buscarle financiación a través de bancos o cajas de ahorro. Si no lo consigue, "le dicen al cliente que conocen a alguien que le puede dar el dinero y aseguran que se desmarcan del asunto, aunque luego, sin que el cliente lo sepa, cobran también una comisión".
El prestamista le concede al cliente el dinero que éste solicite, aunque, a la hora de ir al notario a firmar el préstamo, "la cantidad que aparece es siempre mucho mayor" pues, entre otras cosas, la usura es ilegal.
Martínez aseguró que "si dan un préstamo de 20.000 euros con un interés del 200% canta mucho por lo que ante el notario firman que el préstamo es de 40.000 euros a un interés más bajo". El delegado de Ausbanc señala que el cliente es consciente de que va a pagar una tasa de interés abusiva pero "están en circunstancias de extrema necesidad, no quieren que le quiten la vivienda y afirman que ya se plantearán cómo devolverlo en el futuro".
Desde Ausbanc informaron ayer de que ya ha habido dos sentencias que impiden la usura a afectados en Zaragoza o La Coruña, aunque reclaman a las autoridades judiciales que pongan un mayor empeño y que se actualice una ley contra la usura, conocida como Ley Azcárate, que data de 1908. Martínez exigió que sean los prestamistas los que tengan que demostrar el dinero que han dado y no al revés, como se exige en algunos casos.
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