La falta de taxis ahora que llega la temporada alta de turismo y la población flotante se dispara en Málaga es notoria. A poco que se intente buscar un coche libre los fines de semana cualquier ciudadano puede dar buena cuenta de ello. Lo que debería ser un servicio público rápido y eficaz se está viendo lastrado por el aumento de la demanda y un número de vehículos en la calle que no llega a cubrirla al completo. Es por ello que el Ayuntamiento de Málaga pretende eliminar los descansos obligatorios de los vehículos en julio, agosto y septiembre, de manera que todos los vehículos estén disponibles las 24 horas del día. Esto se uniría a la posibilidad de contratar a más asalariados para trabajar en estas horas que el coche estaba parado antes. 

El plazo de alegaciones que presenta el Instituto Municipal del Taxi finaliza el 29 de junio, y el sindicato CGT ya ha anunciado a este periódico que presentará las correspondientes alegaciones, "y en caso de que no prosperen lo llevaremos a tribunales", aseguran desde el sindicato. Manuel López, portavoz de los taxistas asalariados denuncia que estos días han sido "la locura, hay gente que vive en Ciudad Jardín y tuvo que ir andando desde La Térmica  por no poder coger un taxi". 

También pretenden exponerle los motivos de estas alegaciones al alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, con quien tienen una reunión a finales de mes para tratar su problemática, motivo por el que han pospuesto sus movilizaciones a la espera de que el alcalde les de una respuesta a la demanda de creación de nuevas licencias que han hecho. 

Aseguran los asalariados que el Ayuntamiento no cumple con la normativa vigente. Esta marca que haya 2,35 licencias de taxi por cada 1.000 habitantes, una cifra que debería situar el número de licencias de la ciudad en unas 1.600. Ahora mismo sobrepasan las 1.400, por lo que según los cálculos de los taxistas asalariados se necesitarían unas 180 licencias para cumplir con la normativa.

Otro de los problemas en los que está trabajando para solucionar el Ayuntamiento es la falta de vehículos adaptados en la ciudad. Para ello tienen ya una mesa de trabajo en la que están estudiando cómo facilitar que todos los taxis de la ciudad acaben siendo adaptados.

Los taxistas autónomos, por su parte, se niegan a esta creación de nuevas licencias, apoyando la medida del Ayuntamiento de eliminar los descansos obligatorios. Ellos aseguran que la demanda en verano se desboca, pero en invierno vuelve a bajar y sería inviable económicamente mantener el taxi con un número tan alto de vehículos. Ponen como ejemplo la ciudad de Sevilla, en la que para la Expo se amplió el número de licencias y que entre 2016 y 2019 hubo de rescatar 140 licencias, mientras que los taxistas siguen pidiendo que se rescaten 200 más para hacerlo viable.