A expensas de que la Junta de Andalucía modifique sustancialmente su criterio sobre el Guadalmedina, el Ayuntamiento de Málaga se va a ver obligado a diseñar alternativas factibles que permitan reducir el agua que, potencialmente, podría llenar el actual encauzamiento del río.

Una tarea en la que, según pudo saber este periódico, llevan trabajando los técnicos de la empresa UTE Fernández Makers, SLP-MAIA Consultoría de Medio Ambiente, Ingeniería y Arquitectura, SLP, a la que la Gerencia de Urbanismo adjudicó en agosto de 2017 la redacción del plan especial mediante el que ordenar el aprovechamiento ciudadano del encauzamiento. En la propuesta juega especial relevancia la apuesta por la ejecución de varias plazas-puente con las que conectar las márgenes del río.

De entre todas, la prioritaria a ojos del alcalde, Francisco de la Torre, tal y como viene exponiendo desde hace años, es la que se extendería entre los puentes de la Aurora y Armiñán, con varios cientos de metros de longitud, generando una especie de semiembovedado del río. Sin embargo, su materialización en las condiciones actuales se antoja improbable.

Así lo reconoce uno de los organismos más directamente ligado a esta operación, la Fundación Ciedes, cuyos responsables mantuvieron meses atrás un encuentro con los técnicos de la empresa. De acuerdo con la información publica por el ente en su página web, hasta ese momento los actuales responsables de la Junta de Andalucía opinaban que "en ningún caso se podrá rebajar el lecho del río para ganar capacidad ni, por tanto, eliminar los muros laterales existentes en la parte central de su recorrido por la ciudad". Una circunstancia que, como añaden, "toca de lleno la idea inicial de crear un puente plaza entre los puentes de Armiñán y Aurora para ganar espacios ciudadanos".

Este extremo es confirmado por el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, quien antes de la declaración del estado de alarma mantuvo un encuentro con el entonces subdirector de Gestión de Dominio Público Hidráulico y Calidad de las Aguas, Fernando Farragut (ahora será sustituido por Jorge Robles).

"La idea es ver si con la Junta somos capaces de hacer un plan de medidas que permita reducir la aportación de los tributarios; de ese modo habremos salvado la cuestión de la capacidad máxima de los 600 metros cúbicos por segundo", dijo, a lo que añadió: "Lo razonable sería recortar la aportación de los tributarios".

El dato aportado por la Junta en ese encuentro, según López, sitúa por encima de los 400 metros cúbicos por segundo el aporte de estos arroyos, lejos de los 260 resultado de un estudio de hace varios años elaborado por la Empresa Municipal de Aguas (Emasa). Cabe recordar que, según los datos del Cedex (organismo dependiente del Gobierno central) la capacidad de desagüe del encauzamiento a su paso por la ciudad es de un máximo de 600 metros cúbicos por segundo. A estos elementos hay que añadir el modelo de gestión de El Limonero, que funciona como presa de laminación, y las aguas que propiamente aportarían al río las lluvias.

Sobre ello, Ciedes apuntó que en el encuentro, al que también asistieron responsables de la Gerencia de Urbanismo, se hizo un seguimiento del estudio hidráulico que está llevando a cabo la empresa designada "para analizar los hidrológicos ligados al Guadalmedina", siendo objeto de estudio en más profundidad el comportamiento de los arroyos aguas abajo y la capacidad real del cauce del río malagueño.

"Ese estudio responde a la exigencia de la Junta de Andalucía de activar un análisis estricto sobre los aportes de agua que recibe el río en su tramo urbano y que condicionará la solución que finalmente se decida para impulsar la integración urbana del Guadalmedina", añadieron desde Ciedes. De acuerdo con los detalles conocidos, el equipo técnico ya había dado forma a un primer documento de alternativas en forma de borrador, si bien se le reclamaron ciertas correcciones que han de entregar en las próximas semanas.