El Ayuntamiento impone más multas por sexo en la calle que por tirar colillas

Si se analizan los datos que presenta el balance de los seis primeros meses de aplicación de la Ordenanza de Convivencia Ciudadana, presentado ayer, puede parecer que en Málaga hay más personas que practican sexo en la calle que fumadores, de entre los miles que existen en la capital, que no depositan las colillas en las papeleras. Y es que, desde el mes de enero a junio de este año, el Ayuntamiento ha impuesto 467 sanciones a prostitutas y clientes, mientras que tan sólo se han contabilizado 130 denuncias por tirar residuos a la vía pública, como colillas o cáscaras de pipas.

En total, se levantaron 4.377 actas de denuncias por infracciones a esta ordenanza. Sin duda, la prostitución es uno de los puntos de la normativa que más polémica ha creado, y al parecer el Consistorio ha puesto especial empeño en atajarlo. Así, el concejal de Seguridad, Julio Andrade, declaró que se pusieron el triple de apercibimientos que sanciones. "Antes de denunciar se ha advertido, y en algunas ocasiones más de una vez a la misma persona. Eso sin contabilizar las veces que un policía local de paisano se ha dirigido a informar de que con esta ley no podían seguir con la actividad", apuntó.

Son varias las unidades de la Policía Local que han trabajado en el seguimiento de la prostitución. La Unidad Centro, en especial en la Alameda de Colón; la de Churriana, dedicada a los polígonos industriales; y el Grupo de Escoltas, Menores y Atención al Ciudadano (Gemac). Tan sólo en los polígonos se han levantado el 89% de las actas de sanción (416). Por otro lado, el Gemac identificó a 79 personas, de las que 37 fueron denunciadas, además, entre ellas se registraron 26 clientes de los que 11 fueron sancionados. Eso sí, según indicó Andrade la actividad ha experimentado una reducción.

El problema sigue sin resolver porque las prostitutas continúan a la espera de que el Consistorio considere la posibilidad de trasladarlas a un solar situado entre el río Guadalhorce y la N-340, una idea que partió del propio colectivo. Por el momento, Andrade reconoce que han "dialogado" con otras administraciones para buscar lugares que "prácticamente no tienen uso, son públicos y están lejos de las zonas vecinales y comerciales", pero considera que no corresponde al Ayuntamiento decirles que se vayan. "Esos espacios existen y están adecentados", apostilló.

Además, en el primer semestre del año fueron denunciadas 1.479 personas por beber alcohol en la calle. El concejal de Derechos Sociales, Francisco Pomares, confesó que esta cifra "preocupa" a su área, ya que han pasado dos años desde que el Ayuntamiento prohibió el botellón y el mensaje parece que "no cala en los jóvenes". Así, insistió en que hay que estar alerta. "Es necesaria la colaboración de los padres, para que reconozcan que sus hijos necesitan ayuda".

Precisamente para los jóvenes, de entre 14 y 29 años, se contempla un programa de reeducación, en el que se conmutan las sanciones por trabajos en beneficio de la comunidad o por charlas formativas, de modo que, por cada 100 euros de sanción se realiza una hora de trabajos. Hasta la fecha han participado 117 infractores, fundamentalmente por beber alcohol, escupir, dañar plantas y jardines o realizar sus necesidades en plena calle. De ellos, el 2,5% son menores de edad.

Asimismo, en la ordenanza se prohíben otras actitudes consideradas incívicas. Así, fueron sancionados 690 gorrillas, de los que 101 también fueron denunciados judicialmente como presuntos autores de una falta de desobediencia. Además, 830 fueron multados por ensuciar o deteriorar el mobiliario urbano. En este apartado se registran 19 sanciones por realizar pintadas o grafittis, 805 por colocar carteles, pancartas o publicidad. También 241 personas fueron sancionadas por hacer sus necesidades en la calle, mientras que 110 propietarios de animales lo fueron por no recoger los excrementos de los mismos. Del mismo modo hubo 45 infracciones por encender hogueras y 14 por explosionar petardos.