El Banco de Tejidos guarda el semen de 600 hombres para su futura paternidad

Más de una decena de niños han nacido de las muestras congeladas en el Banco de Tejidos ubicado en el Hospital Civil

Catalina Mayorga trabaja en unos de los tanques donde se guarda el esperma a -196º.
Catalina Mayorga trabaja en unos de los tanques donde se guarda el esperma a -196º.
L. García Málaga

02 de noviembre 2014 - 01:00

El Banco de Tejidos de Málaga tiene guardadas a 196 grados bajo cero las muestras de semen de unos 600 pacientes oncológicos que -aunque la quimioterapia haya deteriorado su capacidad reproductiva- podrán ser padres utilizándolas y acudiendo a reproducción asistida. No se trata de un banco de esperma. Cada enfermo puede usar únicamente su semen para sí mismo. Desde 1995, cuando se puso en marcha este programas en el Hospital Civil, de las muestras criopreservadas en el Banco de Tejidos de Málaga (SAS) han nacido una decena de niños. Son más. Pero no siempre el Centro Regional de Transfusión Sanguínea conoce todas las parejas que finalmente han podido ser padres.

"Supone mucho esfuerzo por su parte y por la nuestra. Pero al final, ellos se ven recompensados con sus hijos y para nosotros es una gran alegría", explica Pilar Gómez, enfermera que participa en el programa. Catalina Mayorga, técnica de laboratorio del equipo, reconoce que acompañar a los pacientes en momentos tan cruciales de sus vidas -la enfermedad, la curación y la paternidad- "nos toca la fibra sensible". Y añade: "Cuando después de todo ese proceso, los ves que vienen con sus niños es emocionante". Cuando termina la frase, tiene las lágrimas asomándole en los ojos.

La hematóloga María del Carmen Hernández, otro de los integrantes del equipo, explica que el programa no sólo conserva el esperma, sino también las ilusiones. "Es una ventana abierta, una esperanza. Porque vienen cuando le han diagnosticado un tumor, cuando están por empezar a la quimio. Y nosotros, con el programa, le hablamos de futuro", reflexiona.

Esta prestación del SAS no es menor. Los pacientes que la utilizan pueden sufrir tumores testiculares, hematológicos u óseos. Hernández explica que sobre todo los cánceres de testículos se presentan a edades muy tempranas. De hecho, en el Banco de Tejidos se conservan las muestras de adolescentes de 14 y 15 años que han sufrido un proceso oncológico.

Generalmente, las muestras se guardan antes de que el enfermo inicie la quimioterapia. Una labor contrarreloj que exige coordinación entre el Centro Regional de Transfusión Sanguínea, donde se guardan, y los servicios de Oncología. Pero hay casos, sobre todo en ciertas leucemias, en las que no hay tiempo que perder porque lo primero es no correr riesgos con las posibilidades de curación del paciente. En esos casos, aún se guardan muestras obtenidas después de las primeras sesiones de quimioterapia. En todos los casos, se hacen test para garantizar la calidad del esperma. Luego, se congela con un proceso muy preciso porque lo importante es que los espermatozoides, aún a 196º bajo cero, sigan vivos. Y con ellos, sigan vivas también las posibilidades de ser padre.

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