Boccia: La gran desconocida

CAMPEONATO de España, ¿de qué? Esta es la frase que más he oído durante la última semana. Los días 6, 7 y 8 de marzo, en el pabellón deportivo del Torcal, se ha disputado el Campeonato de España por Autonomías de Boccia. Mi respuesta a las primeras preguntas fue, y he de reconocerlo, bastante seca: ¿cómo que de qué?

Me parecía increíble que alguien no supiera lo que era la boccia, por lo que me limitaba a definirla con el ejemplo visual más gráfico: "¡Pues como la petanca!, pero para discapacitados".

Realmente no es como la petanca, pero tampoco era cuestión de convertir en expertos a neófitos en la materia. Mientras intentaba que todo el mundo conociera que se celebraba este campeonato me iba dando cuenta de que la pregunta se repetía cada vez, y además, siempre la misma. ¿Un campeonato de qué?

A medida que se iba acercando el evento fui preparando respuestas alternativas, porque incluso a mí, que no practico este deporte, me iba dando un poco de vergüenza el poco conocimiento que en general existe sobre el deporte de discapacitados, y en especial de los que practican deportistas quizás no tan mediáticos como otros.

Si hablamos de deporte en general, todos pensamos en fútbol, y baloncesto, quizás algún forofo que otro nombre el tenis o el pádel, y ya debemos buscar a un apasionado de los coches para que mencione la Fórmula 1 o los rallies en primer lugar. Por supuesto que podremos encontrar a algún fanático de los deportes de invierno o acuáticos, y siempre aparecerá algún atleta hay por ahí suelto también.

Existe en España un conocimiento general bastante amplio sobre el mundo deportivo y podemos asegurar que al menos una decena de ellos son seguido, aunque sea desde el sillón de casa.

Si hablamos de deporte adaptado, o mejor dicho, deporte practicado por personas con discapacidad, entonces las cosas son muy diferentes. Hagamos por ello una reflexión interna, y por 25 pesetas cada respuesta, díganos deportes practicados por personas con discapacidad, por ejemplo, baloncesto en silla de ruedas, atletismo, ping pong, pan pan. Y se acabó. Han sido sólo tres respuestas acertadas.

Por extensión lógica, que no por conocimiento, acabaremos diciendo deportes de práctica convencional deseando que exista su equivalente en el mundo de la discapacidad.

Realmente, el deporte supone para todo el mundo una posibilidad de mejora física y psíquica importante. A otro nivel, la práctica de deporte de competición puede suponer un futuro laboral, el desarrollo de una profesión, y sobre todo un camino para la gloria a la que sólo llegan algunos.

Para las personas con discapacidad no es diferente, pero eso sí, nosotros le podemos añadir varios condicionantes más que hacen del deporte una actividad imprescindible en nuestras vidas.

Además de la mejora física que provoca en nuestros organismos, deportes como la boccia practicada por personas con parálisis cerebral y discapacitados físicos gravemente afectados, consigue que nos sintamos como personas, dejando a un lado las sillas.