Bodas al más puro estilo de Las Vegas
La puerta de la capilla del puerto se convirtió en el escenario ideal para contraer matrimonio
La capilla del puerto de Málaga se convirtió ayer en un escenario ideal para celebrar el día de San Valentín. A sus puertas, decenas de parejas contrajeron matrimonio al más puro estilo de Las Vegas. Y lo hicieron sobre un escenario, en el que Elvis fue el encargado de bendecir las uniones. Anillos luminosos, arroz para los recién casados, lanzamiento de ramo y hasta una pequeña tarta nupcial daban el toque de glamour a la celebración del evento para el que sólo había que estar dispuesto a casarse.
Ángela y Juanjo paseaban con sus bicicletas hacia el Palmeral de las Sorpresas cuando se encontraron con la capilla de Las Vegas en plena ciudad, así que ni se lo pensaron. Él se colocó una gran peluca de rizos negros y ella un velo y renovaron sus votos, después de un año de casados. Una vez que Elvis, "por el poder del rock and roll" los declaró marido y mujer, recibieron su certificado matrimonial, con validez en el Muelle Uno -organizador del evento- y un globo que contenía un pergamino con un obsequio romántico a canjear en las tiendas del centro comercial del puerto. El viaje de novios estaba también incluido, sólo había que desplazarse al puesto de alquiler de bicicletas junto al Palmeral de las Sorpresas y recoger un bugui a pedales con el que dar un ruidoso paseo, ya que varias latas colgaban en su parte trasera.
Por las pelucas se decantaron también dos turistas que celebraban su aniversario en una visita a la ciudad y acabaron casados ellos, y sus dos perros. Cada uno de los novios elegía entres los disfraces que colgaban de un perchero y para aquellos sin pareja, tres novias vestidas de blanco esperaban a ser desposadas. Sin distinción de sexo, cualquier pareja era bienvenida.
Para los que vinieran vestidos de novios había premio, una mariscada en un restaurante del Muelle Uno. Fue el caso de Patri y Mario, que parecían recién salidos de la película de Grease. Acompañados por gran parte de su familia, fue una de las bodas más celebradas, el arroz no paraba de caer sobre sus cabezas y la sesión fotográfica tras el enlace parecía no tener fin.
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