Con el desconfinamiento llegó el boom de las bicicletas. Si en 2019 ya se estaba viendo un aumento en la venta de bicicletas, en 2020 se vendieron en España 1.565.233 bicicletas, un 24% más que el año anterior, tendencia que se replicó también en los comercios de Málaga. En junio, cuando los cambios en las tendencias de movilidad se sumaron a que las únicas actividades que se permitían hacer eran al aire libre explotó el mercado.

Tanto es así que las tiendas especializadas empezaron a notar la falta de stock, pues este repunte se dio después de que se frenase la producción en Asia por el coronavirus. Los pequeños comercios notaron más este parón, asegura Alejandro Garrido, socio de la Clínica de la bicicleta, “nosotros hicimos el pedido anual en agosto, después de haber estado tres meses cerrados y haber tenido que pedir un crédito ICO para no cerrar, en esas condiciones se pide lo mínimo, no en base a lo que vendiste el año anterior”.

Suma esto a la incertidumbre sobre la situación sanitaria, en la que las pequeñas tiendas no sabían si tendrían que volver a cerrar. Si, además de hacer pedidos ajustados, las marcas están entregando ahora bicicletas que se pidieron en agosto, la escasez se hace notable.

En Hermanos Navarro aseguran que los proveedores les están dando fechas de entrega para la primavera del año que viene en muchos modelos, el stock viene roto de fábrica. Hablan de una tormenta perfecta en la producción y envío de bicicletas, primero hay falta de aluminio, la materia prima en la que se fabrican la mayoría de los cuadros y otros componentes de las bicicletas, segundo, muchos componentes como los cambios están casi agotados mundialmente. A esto hay que sumarle que el comercio internacional marítimo está siendo mucho más reducido que antes de la pandemia y los costes del contenedor se han triplicado. Todo esto agitado junto a unos pedidos que se hacen de un año para otro sin mucha posibilidad de ir corrigiendo durante el año.

Este es un problema que se hace más grande en las tiendas más pequeñas y con menos capacidad de previsión, por eso en Hermanos Navarro aseguran que aunque lo que llega viene ”vendido o con fechas de entrega aplazadas”, pese a ello previeron el suficiente stock como para poder satisfacer las demandas del cliente sin que tuvieran que tener demasiada espera. Pese a ello están teniendo problemas con las bicicletas de montaña eléctricas, que están llegando con cuentagotas y que ya tenían vendidas antes de que llegasen debido al “boom” que están teniendo.

Las grandes superficies, gracias a su músculo económico y su capacidad de almacenaje han notado menos esto de cara a la venta directa al cliente. En los Carrefour de Málaga, aseguran desde su departamento de comunicación, lo más normal es salir de la tienda dando pedaladas, más allá de algún modelo concreto con dificultades, “no estamos teniendo problemas con el stock, desde 2019 la demanda ha sufrido un repunte que ya se ha estabilizado, pero ahora mismo no tenemos ningún problema para satisfacer a nuestros clientes en este sentido gracias a nuestra logística”.

Sí están viendo un cambio en la demanda de bicicletas hacia bicicletas más grandes que la que se venía comprando por parte del cliente y esperan que 2021 sea un buen año con una subida ya más estable en la venta de bicicletas.

El Corte Inglés es otra de las grandes superficies comerciales con músculo y logística suficientes para hacer frente a este boom por las dos ruedas y este cambio de tendencia en la movilidad urbana. Confirman que el problema de surtido mundial tiene varias patas. Los ya mencionados problemas de componentes y la importación al que se añade la resaca que está sufriendo el comercio mundial producida por el bloqueo del Canal de Suez. En El Corte Inglés aseguran que tienen problemas de surtido puntuales con algunas marcas y algunos modelos, por lo que es posible que si el cliente final busca un modelo concreto tenga que esperar, pero que en general “la demanda se satisface bien porque tenemos un nivel de surtido muy amplio y se cubre con otras marcas y modelos parecidos”.

Según los datos del Consejo Superior de Deportes (CSD) 7,9 millones de personas se suben a la bicicleta al menos una vez al mes como parte de su actividad física y más de 20 millones de ciudadanos aseguran que usan las dos ruedas con frecuencia como medio de transporte. En la última década este uso ha crecido en casi 10 puntos porcentuales, alcanzando el 50,7% de la población. Estos datos confirman que el boom de la bicicleta no es una moda pasajera y que ha llegado para quedarse como medio de transporte y ocio.