Málaga

Bosque Urbano Málaga, una plataforma con mucha altura

Cinco de los miembros de la Plataforma con uno de los árboles plantados.

Cinco de los miembros de la Plataforma con uno de los árboles plantados. / Javier Albiñana (Málaga)

A estas alturas del verano malagueño, cuando el sol ya aprieta por encima de los 30 grados diariamente por el día, al pasar junto a la parcela de los antiguos terrenos de Repsol, los menos observadores verían un secarral de 177.000 metros cuadrados. Lo cierto es que, como aquella aldea de irreductibles galos, se levantan sobre ella unos 250 árboles de distintos tipos –aunque todas son especies autóctonas– con la intención de poner algo de verde e ir creciendo.

Esto, que podría parecer suerte del destino, es realmente fruto del trabajo duro de más de 300 voluntarios que están detrás de la Plataforma Bosque Urbano de Málaga. Su pretensión es que el total de la parcela, que albergó los depósitos de la petrolera en Málaga, sea dedicada a una gran zona verde para el disfrute de los ciudadanos de la zona, “una de las más densamente pobladas de Europa y cuyos distritos son los que más carencia de árboles por habitante tienen en la ciudad.

Ahora, están inmersos en un contencioso contra el Ayuntamiento, que ha puesto en subasta su parte de la parcela para que se construyan tres grandes torres de hasta 32 pisos, un zócalo comercial y aparcamientos.

En el mismo pidieron como medida cautelar que se paralizase la subasta que se había fechado este mes de junio, cosa que aconsejó hacer el servicio jurídico de la Gerencia de Urbanismo hasta que se presentasen las alegaciones en el juzgado y se informase debidamente a los licitadores. Una vez dados estos pasos volverá a convocarse la mesa de contratación para continuar con el proceso de enajenación.

Francisco Sarmiento con uno de los álamos del Bosque Urbano. Francisco Sarmiento con uno de los álamos del Bosque Urbano.

Francisco Sarmiento con uno de los álamos del Bosque Urbano. / Javier Albiñana (Málaga)

Para afrontar este contencioso la plataforma tiene una recolecta en la web goteo.org, con la que han conseguido más de 17.000 euros de los 21.000 que se marcan como cifra óptima. Avisan de que su seguimiento entre la población es heterogéneo, “no somos perroflautas ni filibusteros”, asegura Ana Ferrer, una de las impulsoras del movimiento en 2016 y que desde el primer momento no quiso que se politazase la causa.

"No somos perroflautas ni filibusteros", aseguran a la vez que argumentan que la plataforma tiene una composición heterogénea

Ella, junto a su pareja Francisco Javier López, fueron los que iniciaron la recogida de firmas que iniciaron la plataforma, él tiene claro que esa imagen se puede tener porque el equipo de gobierno “no se ha pasado nunca por ninguna de las plantaciones”, es por eso que extienden su invitación a la próxima que hagan en otoño.

Recuerda con cierta simpatía que “hay familias de extranjeros que vienen a cuidar y regar los árboles que han plantado, es triste que gente de fuera se preocupe más por el medio ambiente de la ciudad que el Ayuntamiento”, explica a la vez que asegura que han pedido que desbrocen la parcela y les pongan un punto de agua para el riego.

Cuando miran al pasado, recuerdan que al principio casi les tomaban por locos cuando propusieron ese nombre “cuando pensaban en bosque se les venía la imagen de un bosque escandinavo, y no parecía que fuese posible aquí”, recuerda López, ahora una de las promotoras usa el término para referirse a los 60.000 metros cuadrados de zonas verdes que quedan en el plan del Ayuntamiento.

Eso es greenwashing (acción por la que suavizas la imagen de un proyecto vistiéndolo como amistoso con el medio ambiente)”, salta Paula Aranda, ambientóloga y la más joven del grupo.

Pedro Sánchez, el portavoz de la plataforma, lo deja claro, “nosotros no estamos en contra de que se construyan viviendas u oficinas, pero queremos que este espacio se dedique a una zona verde, hay más terrenos en los que construir oficinas y aquí un gran parque significaría mejorar la vida de los vecinos”. Francisco Sarmiento, responsable de la plantación, lanza otra pregunta, “¿el alcalde no quería nuevas centralidades, qué es Central Park en Nueva York? Alrededor de él está el metro cuadrado más caro de la ciudad”.

Siguen defendiendo su proyecto, “es triste que hayamos tenido que acudir a los juzgados, pero vamos hasta el final”, recuerdan a la vez que lanzan un aviso a navegantes, “si les pasa algo a los árboles, los volveremos a plantar”. Irreductibles malagueños.

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