Bruselas rechaza que el corredor mediterráneo pase por la Costa del Sol

La posible conexión ferroviaria de la Costa del Sol se tambalea. Poco más de un mes después de que el Ministerio de Fomento apostase por ampliar el trazado del corredor mediterráneo, incluyendo en el mismo el litoral andaluz desde Almería hasta Algeciras, pasando por Málaga, el departamento encabezado por Ana Pastor se topó ayer con el rechazo unánime de los ministros de Transportes de la Unión Europea. Los representantes gubernamentales, que dieron luz verde a la lista de proyectos prioritarios de las redes transeuropeas, mostraron su desacuerdo con la inclusión de nuevas propuestas de recorrido, lo que toca de lleno a la provincia.

Así lo confirmaron a Málaga Hoy fuentes de Fomento, que admitieron que la decisión adoptada en Bruselas deja fuera la incorporación al eje mediterráneo del litoral malagueño. Determinación que si bien no es definitiva sí tiene un marcado simbolismo, por tratarse de un revés claro en el primer filtro del proyecto. Al respecto, las fuentes consultadas, como también apuntó Pastor, insistieron en que el Gobierno dispone de tiempo para retomar las negociaciones en el ámbito del Parlamento Europeo en el intento de conseguir incorporar sus propuestas a la infraestructura. La medida afecta igualmente a la inclusión en la red básica del aeropuerto de la capital de la Costa del Sol. "El Gobierno de España no puede compartir la propuesta actual de la Comisión porque con ella no se asegura el acceso equilibrado de todas las regiones al espacio europeo al quedar excluidos algunos itinerarios y algunos nodos que para nosotros son fundamentales y vertebradores", dijo pastor al término de la reunión.

La posición a la que los ministros de Transportes, con la excepción de la española, dieron su aval quedó patente en las palabras del comisario de Transportes, Siim Kallas, quien se mostró inflexible con la posible incorporación de nuevos proyectos, ya que ello supondría "un precedente diabólico", al dejar sin valor la lista de actuaciones elaborada tras dos años de consultas. Un periodo en el que, recordó, ha habido "varias rondas de negociaciones, muchas posibilidades de discutir y de ajustar la metodología y propuestas concretas", añadió.

El varapalo recibido por el Gobierno español no se sustenta únicamente en la negativa a contemplar la incorporación del recorrido por la costa andaluza, cuya ejecución llegó a valorarse en unos 11.700 millones de euros, sino también en la eliminación del trazado central planteado por España y cuya finalidad era conectar con Francia a través de los Pirineos.

A mediados del pasado mes de febrero, Pastor decidió rectificar el trazado diseñado originalmente por el Gobierno del PSOE en el mandato anterior y entregado a la Unión Europea para que financiase buena parte de las actuaciones. Mientras su antecesor, José Blanco, eludió en todo momento llevar el trazado por la costa de Andalucía, apostando únicamente por el eje interior (Almería, Granada, Antequera, Sevilla), Pastor dio satisfacción a las peticiones de su partido en Málaga y de numerosos ayuntamientos, que reclamaron la llegada del ferrocarril por el litoral. Y así lo hizo la ministra, que dibujó un doble trazado de viajeros y mercancías entre Almería y Algeciras, pasando por la costa de Granada y Málaga.

El corredor mediterráneo tiene su punto de origen en Cataluña, región desde la que desciende hacia Valencia, Murcia y Almería, provincia desde la que se adentra hacia el interior de la región andaluza hasta llegar a Granada. Desde aquí, como parte del denominado eje ferroviario transversal, en ejecución desde hace años, continuará hacia Antequera y Sevilla. El corredor mediterráneo está valorado en unos 20.000 millones de euros y se podrá beneficiar de la financiación de la Unión Europea, que podría aportar hasta el 30% a cambio de que las obras estén listas antes del año 2030.

Sea como fuere, la propia ministra de Fomento comentó en los últimos días, antes de conocerse la posición de los ministros de la UE, que desde el Gobierno se iba a dar prioridad a aquellas actuaciones del eje mediterráneo ya planificadas y en ejecución, como ocurre con los trenes de alta velocidad entre Antequera y Sevilla y Granada. No ocurre otro tanto con la parte del litoral malagueño, que no cuenta siquiera con proyectos constructivos y estudios de viabilidad.