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El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha reclamado, tras una inspección realizada a los tres juzgados de familia de Málaga, la creación de un cuarto tribunal específico por la elevada carga de trabajo que soportan.

Según explica el juez decano de la Audiencia Provincial de Málaga, Manuel Caballero Bonald, los tres juzgados de familia superaron el año pasado en un 50 por ciento los 1.000 casos por juzgado, cifra que el CGPJ fija como máximo asumible.

El aumento de la población y, sobre todo, del número de divorcios tras la entrada en vigor de la conocida como ley del divorcio exprés, han disparado la actividad en los tribunales malagueños, como estiman fuentes cercanas a los juzgados de familia.

Según datos del INE, todos los días se separan o divorcian una media de quince matrimonios en la provincia de Málaga. Del total de rupturas, 4.712 fueron divorcios, 657 separaciones y ocho, nulidades matrimoniales.

Con la nueva ley del divorcio que facilita los trámites, ha aumentado el número de personas que optan por dar este paso sin pasar antes por la separación. Hoy los divorcios representan el 87 por ciento de las disoluciones matrimoniales.

La duración del procedimiento para la separación no alcanza el año de duración, mientras que el 70 por ciento de los divorcios se resuelven mediante sentencia judicial firme en un plazo menor de seis meses. "Bendito divorcio exprés", como lo llama el titular del juzgado número 5 de Familia de Málaga, Luis Utrera.

Pero esta fluidez no se da en todos los casos. Entre el 5 y el 10 por ciento de los divorcios que se tramitan en Málaga son de los llamados hiperconflictivos, con posturas enfrentadas durante años que perjudican gravemente a los hijos.

Una media de 300 parejas que cada año desoyen sentencia tras sentencia, que no respetan los horarios de visitas o el pago de pensiones, que recurren a la Policía Local para cada trámite o enfrentan al hijo con su ex pareja... Para estos casos enquistados, los juzgados de familia han pedido la creación de un recurso específico que pueda intervenir con las parejas y los niños.

Actualmente, los tribunales malagueños cuentan con un servicio de mediación familiar, dirigido por la psicóloga María de los Ángeles Peña. Ella reconoce que muchos conflictos se dirimen en su despacho porque hay parejas que no han hablado hasta entonces y es en el juzgado donde empiezan a planificar el régimen de visitas. "Pero necesitamos un apoyo externo para el seguimiento, un programa realizado por profesionales que, fuera de los juzgados, puedan captar la obligatoriedad judicial y estar pendientes de cómo el menor integra el conflicto", dice Peña.

Actualmente, los juzgados de familia cuentan con un punto de encuentro donde las parejas con más problemas de comunicación llevan a los niños para no tener que verse en ese momento y evitar la disputa. Los trabajadores del punto de encuentro, después, pasan informes al juez sobre el comportamiento del menor y de los padres.