Cae en Marbella una banda dedicada al tráfico de estupefacientes que suministraba combustible a narcolanchas
En total, once persona han sido y cinco de ellas han ingresado en prisión
Tres detenidos en Málaga tras incautar 1,2 toneladas de hachís en una nave de Córdoba
Una organización criminal dedicada al tráfico de estupefacientes desde el norte de Marruecos y asentada en Marbella ha sido desmantelada por agentes de la Policía Nacional, en una operación conjunta con la Guardia Civil. La maniobra se ha saldado con la detención de once de sus miembros, de los que cinco han ingresado en prisión por orden de la autoridad judicial competente.
Entre las prácticas realizadas por los principales investigados, figura el alquiler de viviendas -a nombre de terceras personas- que usaban como guarderías de la droga, la adquisición de licencias de VTC y el sustento de los familiares de los miembros que en otras fases de la investigación ingresaron en prisión, según han informado fuentes policiales.
En total, fueron aprehendidos 3.230 kilogramos de hachís, 216 garrafas de combustible, tres embarcaciones semirrígidas, cinco motores fueraborda y nueve vehículos, cuatro de ellos VTC de una empresa de los investigados.
La investigación se inició en el mes de octubre de 2020, cuando se obtuvieron informaciones sobre un grupo de personas asentadas en el barrio de Las Albarizas (Marbella), que presuntamente se estarían dedicando al alijo de sustancias estupefacientes transportadas desde el norte de Marruecos.
En septiembre del mismo año, agentes de Policía Nacional intervinieron 2.780 kilogramos de hachís y procedieron a la detención de dos personas que ingresaron en prisión. Este hecho, inicialmente independiente, permitió tiempo después vincular a varios de sus miembros con los primeros escalones de la estructura delincuencial indagada.
Las pesquisas determinaron que la organización estaba estructurada de tal forma que mantenía un alto grado de seguridad interna en sus actividades para evitar filtraciones. Con este objetivo, los cabecillas se hacían cargo del sustento de las familias y la defensa jurídica de los miembros que eran detenidos e ingresados en prisión, para evitar su colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y poder asegurar su silencio sobre las prácticas delincuenciales.
Con el fin de obtener toda la información posible para la desarticulación de la red criminal y garantizar el éxito de la investigación la misma se desarrolló, de manera conjunta, por agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil.
El golpe policial asestado a la organización permitió descubrir diversas prácticas empleadas por los principales investigados. Una de ellas consistía en la inversión de los beneficios obtenidos con los delitos en la adquisición de licencias de vehículos de alquiler con conductor (VTC), llegando a constituir una sociedad.
Paralelamente, mantenían un negocio de distribución de sustancias estupefacientes a media escala, y realizaban labores de asistencia a otras organizaciones criminales mediante el aprovisionamiento de combustible.
En las distintas fases en las que se ha desarrollado la denominada operación Six/Dompetit, agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil constataron que, para llevar a cabo las actividades de tráfico de drogas, tanto desde las operativas más complejas de transporte, alijo de sustancias estupefacientes y asistencia a otras organizaciones, hasta la venta al menudeo, la organización se habría estructurado de tal forma que podían desarrollar sus actividades con un alto grado de seguridad interna, estableciendo para el éxito de sus objetivos unos roles y funciones bien definidos entre sus integrantes.
La organización empleaba hasta 30 personas en cada maniobra de transporte y alijo, valiéndose para ello del reclutamiento de jóvenes, que realizaban funciones de vigilancia, o carga de combustible/droga, pero a los que se les ocultaba los puntos de guarda, estableciendo grupos estanco para evitar filtraciones y garantizar la ejecución de la actividad criminal.
También contaban con naves industriales, locales y domicilios en los que escondían las embarcaciones, los motores y los bidones de combustible, que empleaban tanto para sus propias narcolanchas como para las de otras organizaciones a las que daban apoyo logístico.
En varias intervenciones posteriores, llevadas a cabo por ambos cuerpos policiales, se procedió a la intervención de 450 kilogramos de hachís, 124 gramos de cocaína, un vehículo de alta gama, 216 garrafas de combustible que supusieron la aprehensión de un total de 10.800 litros, así como una embarcación neumática.
Finalmente, la explotación policial tuvo lugar el pasado 27 de abril, donde se practicaron once detenciones y siete entradas y registros. En los mismos, fueron intervenidos 9.000 euros en efectivo, nueve vehículos -cuatro de ellos empleados como VTC-, tres embarcaciones semirrígidas, cinco motores, numerosas armas blancas, dispositivos de comunicación de última generación y documentación relevante para la investigación. La autoridad titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Marbella decretó el ingreso en prisión para cinco de los encartados.
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